El conflicto, para Rabat sólo admite ahora una solución militar
La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) se sentó ayer como 51º Estado africano en la sesión inaugural de la cumbre de jefes de Estado de la Organización para la Unidad Africana (OUA).
Los marroquíes, que habían prometido retirarse si la RASD era admitida en la sesión inaugural, permanecieron en ella, pero solamente para que el consejero real, Ahmed Reda Guedira, antes de retirarse, pudiera situar a los países africanos "ante su responsabilidad". "Ahora", dijo, "sólo se puede esperar una solución militar del conflicto saharaui". Esta perspectiva, que colocaría, sin duda, frente a frente a Marruecos y Argelia -considerado como el principal aliado de la RASD-, era considerada ya ayer en los círculos políticos de Rabat.
Por su parte, los países africanos -particularmente Nigeria, con su reconocimiento de la RASD, y Tanzania, cuyo presidente, Julius Nyerere, fue elegido por aclamación presidente de la cumbre- expresaban su deseo de que, en adelante, sean los árabes y no la OUA los que se ocupen del conflicto del Sáhara con el fin de que la organización pueda dedicarse a los problemas del África negra, como el racismo en Suráfrica, la independencia en Namibia y la sequía.
La tan anhelada admisión de la RASD a las sesiones de la OUA se ha producido después de dos meses y medio de intensa campaña diplomática argelina. En Rabat se ve la nueva situación con una mezcla de aprensión y despecho.
La posición libia
Sólo dos países, aunque por motivos distintos, han expresado ya su intención de retirarse: Zaire, en solidaridad con Marruecos, y Libia, en señal de protesta por la presencia de una delegación del Gobierno legítimo de Chad en la capital etíope.Según el ministro libio de Asuntos Exteriores, Alí Triki, la OUA había prometido apoyar, incluso militarmente, al GUNT de Gukurii Uedei.
"Si la OUA reniega ahora de sus compromisos" dijo el ministro libio, ¿qué sentido tendrá mantenerse en una organización que no cumple su compromiso?".
Según Alí Triki, la entrada de la RASD en las sesiones tampoco resuelve el conflicto del Sáhara. "¿Con quién se va a discutir ahora una solución para los saharauis si Marruecos se retira?", dijo el ministro de Exteriores del régimen de Trípoli.
Para ser consecuente con sus esfuerzos, Argelia debería llevar ahora el reconocimiento de la RASD a los no alineados, y posteriormente ante la ONU.
La unión libio-marroquí, que tanto ha ayudado a Marruecos a consolidar su posición militar, parece, sin embargo, haberse vuelto contra él políticamente. Los dos Estados que conforman esta unión, Marruecos y Libia, parecen ya predestinados, a causa del Sáhara y Chad, a quedar en un amplio aislamiento. La última esperanza en Rabat es que los argelinos se contenten con su éxito diplomático.
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