37 países, en la feria de Photokina 84
Durante nueve días, 130.000 visitantes profesionales procedentes de todo el mundo acaban de cumplir con la ineludible obligación bianual de recorrer los 128.000 metros cuadrados en busca de las últimas novedades que presentan los 1.246 expositores de 37 países. Photokina, la única feria realmente internacional de la fotografía, celebrada en Colonia, continúa siendo la meca de los profesionales y amantes del mundo de la imagen.Avalanchas de expertos manipulan in situ los productos, fruto de los más recientes avances de las divisiones tecnológicas y de marketing de los gigantes mundiales del sector de la imagen. De este modo, y una vez analizado todo el cúmulo de información, es como se pueden descubrir tendencias, inmediatas y / o futuras, y plantear estrategias.
Photokina 84 no ha deparado sorpresa espectacular alguna, lo que es noticia en sí y supone, paradójicamente, un cierto alivio en la ya innecesaria carrera frenética que desató el anuncio de la industria japonesa del vídeo de que la era de la fotografía tradicional había muerto.
Nuevas películas de calidad y sensibilidades insospechadas; cámaras más compactas, más "amables para el usuario" y también más baratas, gracias a la aplicación de tecnologías de punta, que han ayudado a desechar conceptos obsoletos; revolución en marcha en el campo de los laboratorios (procesado y fotoacabado), en el que, desde la Photokina 84, el aficionado podrá dar a revelar sus fotos en pequeñas instalaciones (minilabs) que competirán con los laboratorios tradicionales en calidad, precio y rapidez; alguno de ellos funciona ya con circuito cerrado de agua, cosa que era una auténtica herejía hasta el momento.
La fotografía convencional, basada en la química, ha experimentado una excelente recuperación. Y esto sólo es el principio. En un futuro no muy lejano veremos al fin lo que no hemos visto en ninguno de los prototipos mostrados a puerta cerrada en esta última Photokina: cámaras completamente liberadas de servidumbres mecánicas, esto es, con obturadores cerámicos o de cristales líquidos, sin piezas móviles, que fraccionan, con precisión desconocida hasta ahora, los tiempos de exposición.
Mientras, la fotografía sobre soportes magnéticos sigue estando en el mismo punto que en 1981, esto es, en estado de tímidos prototipos. Pero no todo fueron aparatos y negocio en Photokina 84. La proyección de cultura popular que lleva consigo la fotografía es un hecho consumado.
La realimentación que para la industria mundial de la imagen supone el que el ciudadano de a pie vea y haga fotografías es un hecho reconocido por los organizadores de la feria. Diez exposiciones dentro del recinto ferial y 35 invadiendo Colonia, una ciudad de un millón de habitantes, confirman la validez de la fotografía como el lenguaje universal.
