_
_
_
_
_
Entrevista:

Cristina Bustamante

He aquí los detalles exactos: Cristina Bustamante, gobernadora de Segovia desde hace dos años, tiene 34, nació en Madrid, barrio de Tetuán de las Victorias, se educó en las monjas y ha pasado por el feminismo, el comunismo y el socialismo, no es ni guapa ni fea, usa corbata (de vez en cuando) y fuma piper. He aquí los detalles inexactos: Segovia, a las cinco y media de la tarde, es una ciudad excavada en el otoño, un desafío del oro a la luz, de la sombra al cielo, del tiempo al tiempo.

"Yo he vivido toda la vida en Madrid, soy una chica de Tetuán de las Victorias, estuve once años en las monjas y, curiosamente, no tengo mal recuerdo de ellas: claro que me tocaron unas monjas un poco especiales; alguna se ha salido y hoy está casada; mi apartamiento de todo el tema religioso fue una cosa gradual, natural, nada de crisis de juventud ni eso".Estamos en un despacho del Gobierno Civil de Segovia, que debe ser el de la secretaría de la gobernadora, y no el suyo. Hay una cierta modestia oficinesca en todo lo que nos rodea. La gobernadora toma un café con leche y yo un vaso de leche. "Esto de que venga a verle a una Umbral..." "Mujer..." Pasadas estas cosas, voy y le pregunto:

-Lo primero fuiste feminista. ¿Qué queda en ti de la vieja feminista?

-Cada vez menos. El feminismo se me quedaba corto. Me parece que en la sociedad todos somos machistas, también las mujeres, y lo que hay que hacer es trabajar juntos, no unos contra otros. En cuanto al pecé, era una forma impersonal de trabajar. Yo buscaba otra cosa y creo que lo encontré en el PSOE. Mi vocación era y es de asistente social. O de médico. Yo quería tomar contacto con la realidad. De pronto, Pepe Barrionuevo me propuso para esto. Me dio un domingo para pensarlo. El lunes le dije que sí. Hay otras dos gobernadoras civiles en España: la de Palencia y la de Álava.

-Segovia.

-Al principio me costó mucho entender esto. Yo, en Madrid, estaba acostumbrada al anonimato de la gran ciudad. El gobernador de Madrid, incluso, supongo que puede pasearse tranquilamente por la calle sin que casi nadie le reconozca. Pero yo estaba en Segovia, y era la gobernadora, y era una mujer, y una mujer joven, y todo el mundo me miraba con hostilidad o simpatía, que de todo hubo. Me llamaban por teléfono algunas señoras: "Tiene usted a sus hijos abandonados por hacer de gobernadora". Luego me separé de mi marido. Ahora estoy enamorada de otro hombre, como es natural. De la separación hablaron aquí durante dos meses. En Madrid, eso hubiera pasado inadvertido. Pero ahora, por fin, estoy bastante a mi gusto, he trabajado mucho y creo que aún podemos hacer muchas cosas.

-La provincia.

-La provincia tiene 270 pueblos. Los gobernadores del franquismo jamás habían visitado ninguno. Adolfo Suárez, que fue el que más viajó, como gobernador, llegó a visitar 20 pueblos. Yo he estado en todos y la gente viene a mí, ha comprendido que no soy de plástico e incluso me plantean muchos problemas que nada tienen que ver con el Gobierno Civil, de modo que mi tarea, a veces, es de intermediaria. Aquí mismo, en el Gobierno, se presentan sin previo aviso. Se les recibe y se les atiende.

-Estás a punto de caer en el matriarcalismo.

-Eso es lo que trato de evitar. Me limito a ser una intermediaria, ya te digo, cuando la cosa no va conmigo.

-La Iglesia.

-Cuando la primera Semana Santa que pasé aquí, había mucha expectación sobre si yo acudiría o no a las procesiones. Decidí acudir de mantilla y peineta

-El Ejército. Aquí hay una Academia Militar.

-Yo pienso que los generales siempre son gentiles con una mujer, y más una mujer joven y quizás mona.

-El dinero.

-Dinero / Poder / Administración fueron un todo durante la etapa franquista. Hemos conseguido quitarles parte del Poder y de la Administración, pero sólo parte, porque muchos funcionarios siguen siendo suyos, claro. Por ejemplo, los terratenientes presiden las cámaras agrarias. Estamos esperando la nueva ley de cámaras, a ver si por ahí avanzamos algo.

-¿Y cómo vive en Segovia el agricultor pobre?

-Aquí no hay agricultores absolutamente pobres. Esto no es Andalucía. Cuando a mí me preguntan cuál es el mayor problema de la provincia, que me lo preguntan mucho, les digo que ninguno. Aquí hay paro, naturalmente, pero relativo. Aquí hay delincuencia, pero relativa. Aquí hay pobreza, pero relativa. Aquí lo peor es la incultura. Nadie se ha ocupado de repartir cultura por estos pueblos.

-La Prensa.

-La Prensa local me trata con respeto.

-La beneficencia, esa cosa tan de provincias.

-No acudo a presidir mesas de la Cruz Roja. Mando una nota de disculpa.

-El último caso "tercermundista" que se te ha presentado.

-Una niña diabética. La he orientado hacia las instituciones correspondientes.

-La Autonomía.

-Se lo están transfiriendo todo a la Autonomía, y el Gobierno apenas si tiene dinero. La labor cultural, que te decía antes, y que habíamos iniciado creando una infraestructura de cine, vídeo, coloquios culturales, ciclos ambulantes y cosas, todo ha sido transferido de golpe a la Autonomía. Yo tengo, para protocolo, cien mil pesetas al mes. Y sólo con que un día dé una copa oficial a alguien me cuesta doscientas mil.

-¿Se va, entonces, hacia la muerte de los Gobiernos civiles?

-Pienso que no. Hay síntomas esperanzadores en contrario.

-La ecología.

-Aquí nadie se había ocupado nunca de los ríos, por ejemplo, que se han quedado sin cangrejos. Las fábricas de embutidos de Cantimpalos tienen el río permanentemente ensangrentado y como arrastrando cadáveres. Ya tenemos presupuesto para sanear ese río. Otro río lo habían cortado con una gravera. Y todo eso, aquí, a todo el mundo le parecía natural. El dinero, en una palabra, ha sido el dueño de todo.

Cristina Bustamante no se toma su café. Cristina Bustamante es precisa, segura y plástica en la conversación. Cristina Bustamante es un animal político nato. Cristina Bustamante hoy, ha venido al Gobierno Civil de corbata.

-¿Por qué usas corbata?

-La uso muy poco.

-¿Qué has conseguido en Segovia, en el orden humano de las cosas?

-Que la figura del gobernador civil deje de ser mitológica, remota, como en la etapa franquista. Ya todo el mundo sabe que soy como ellos, que hasta me separo, y se acercan a mí con toda naturalidad, a pedirme cosas.

-El viaje desde Madrid ha sido una hora de taxi, Cristina. Esta cercanía de Madrid ¿beneficia o perjudica a Segovia, Cristina?

-Ambas cosas. Segovia se beneficia mucho de la cercanía de Madrid. Pero Segovia sigue siendo un reducto.

-Ciudad conservadora y con fama de ser un poco de derechas. ¿La influencia de la capital no ha corregido los usos, las costumbres?

-No. Todo es escándalo en Segovia. Porque los hombres se van a divertirse a Madrid, pero aquí se quedan la madre y la novia, o la esposa.

-Los hombres. Cuidado, Cristina, que está volviendo a asomarte la vieja feminista.

-Ya te he dicho que las mujeres somos más machistas que nadie y hemos entrado en ese juego porque nos convenía. El resultado es que Segovia, en ese aspecto, progresa muy despacio.

-El turismo. Siempre hay gente retratando el Acueducto.

-Hemos conseguido que el turismo de un día sea turismo de tres. Y a ver si conseguimos que sea turismo de fin de semana.

-¿Por qué ganó el socialismo en ciudades como ésta?

-A mí me parece que es un problema generacional, que viene a coincidir con el problema político. Los jóvenes votan izquierda y los viejos derecha.

-Las relaciones con AP.

-Buenas y cordiales.

-¿Tienes mucho poder, Cristina?

-Tengo muy poco poder.

(Luego, a la salida, haría uno su pequeño escrutinio por los bares que rodean el Acueducto.)

-¿Cómo se llama la gobernadora, oiga?

-Bustamente.

-Cristina.

-Cristina Bustamante.

-Eso.

Lo de "gobernadora" está entre cosa virreinal y ensalmo matriarcal. Cristina Bustamante, que es lista, ha procurado evitar ambas cosas, aunque uno sigue pensando que las mujeres y los niños acuden con más entrega a una mujer para pedirle lo que sea.

-Resumiendo.

-Resumiendo, Umbral. Que Segovia tiene que salvarse por la cultura, y eso da igual quién lo haga. El caso es que la gente tome conciencia de qué es, de quién es, de qué pasa, de en qué mundo vive. Sólo la cultura puede salvar a un medio eminentemente agrario.

Sale conmigo hasta la escalinata. Se ha venido de trajecito de chaqueta, falda midi y corbata, pero no se ha puesto la chaqueta en ningún momento. La camisa, abolsada, romántica, color hueso, y la melena (más corta que en las fotos que conocía de ella), con raya al medio. Atrás han quedado, sí, los detalles más o menos exactos. He aquí los detalles inexactos: Segovia, al atardecer, es un remoto confín de fuego, un armónico desorden de pieda oscura y tierra de oro, un encuentro de cielos en el cielo. "Cristina, ¿en qué corriente está dentro del PSOE?". "En la llamada corriente socialista". Segovia, al atardecer, es una joya en lucha con su hoguera.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_