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Láser, el rayo que sana

Se cumplen 10 años desde que fuera utilizado por vez primera en oftalmología

Los resultados de la utilización del láser en medicina, fundamentalmente en cirugía, terapia y diagnosis, son siempre brillantes, aunque la base científica que los explica todavía no haya sido encontrada en algunos casos. En un futuro próximo se espera que esta técnica facilite en gran medida la obtención de sustancias ultraespecíficas como los anticuerpos monoclonales.El láser que se utiliza en cirugía tiene mucha potencia. Se trata de aparatos de gran envergadura, poderosos intrumentos cuya energía térmica se utiliza como bisturí de precisión. Una característica que unida a la maniobrabilidad y la posibilidad de regular su potencia convierte este fino haz de luz en el instrumento ideal para realizar determinadas intervenciones quirúrgicas, fundamentalmente en microcirugía, donde algunas zonas resultan prácticamente inaccesibles para el instrumental convencional.

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Laserterapia

El láser comenzó a ser utilizado en oftalmología en 1974. Fue su primera incursión en la medicina. En principio venía a sustituir ventajosamente a otras fuentes de luz (lámparas de descarga, de flash o de arco) con las que se realizaba la fotocoagulación, la cura de desprendimientos de retina niediante irradiación luminosa. El láser constituía únicamente una fuente de luz más potente, dirigible y cómoda, pero las bases científicas ya estaban sentadas previamente.

En la actualidad, este bisturí luminoso se utiliza en todo tipo de cirugía para extirpar turnores en cuerdas vocales, cerebro, Oído, así como en cáncer de útero y mama, entre otras múltiples aplicaciones. En todos los casos, el láser no sólo sirve para cortar, sino también para vaporizar y coagular las heridas.

En diagnóstico, el láser todavía está comenzando a mostrar sus múltiples posibilidades de utilización. Se suelen emplear láser de baja potencia, igual que en terapia. Se han acometido diversos intentos, como el de realizar análisis de sangre sin extracciones, por aplícación directa del láser a la superficie de la piel bajo la que pasan los conductos venosos y pesterior análisis espectral de la luz que difunden.

El citómetro de flujo

La diagnosis de los diferentes tipos de leucemia se realiza ya con total fiabilidad y un mínimo de tiempo mediante un aparato de reciente introducción en España, el separador e identificador celular, también llamado citómetro de flujo. Este método de análisis por medio del láser permite, según indica el doctor Manuel Fernández, jefe del servicio de Hematología de la clínica Puerta de Hierro de Madrid, estudiar poblaciones celulares y saber en qué proporción se encuentran las subpoblaciones normales y las patológicas, diferenciándolas con facilidad.

En la práctica, supone la posibilidad de identificar los diferentes tipos de leucemia para aplicar el tratamiento que corresponda en cada caso. También permite realizar el seguimiento de los enfermos leucémicos, detectando las poblaciones que permanecen dañadas y las que ya no lo están.

Además de esta identificación de poblaciones celulares, a un ritmo de 50.000 células por minuto, el aparato Dermite separar físicamente de las demás una célula determinada que cumpla las características que previamente le hayan sido indicadas, algo que valora muy positivamente Augusto Silva, un biólogo del servicio de Inmunología de Puerta de Hierro, «junto a la posibilidad de realizar esta separación en condiciones de completa esterilidad, algo sumamente valioso para mis investigaciones".

Unidas a las aplicaciones en in-

Laser, el rayo que sana

vestigación básica y las menciona das en la clínica, tiene otras tan concretas como los trasplantes de médula ósea, al permitir retirar las células nocivas para el receptor tras realizar un análisis del injerto. Además, la posibilidad de estudiar la influencia del frío en el ciclo de vida celular hace muy útil este mé todo en los trasplantes.Se está utilizando para fines tan diversos como analizar el conteni do de ácido desoxirribonucleico (ADN) en biopsias o estudiar la influencia del humo de tabaco so bre el ciclo de vida en las células pulmonares. En el futuro se espera que sea de gran utilidad en la ob tención de sustancias ultraespecíficas, como los anticuerpos mono clonales.

La clínica Puerta de Hierro de Madrid contará muy pronto con un separador e identificador celular, de los que hasta ahora sólo existen dos en España, en el hospital Santa Cruz y San Pablo de Barcelona y en el Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia.

Las aplicaciones fundamentales del citómetro de flujo abarcan los campos de la inmunología, hema tología, oncología y microbiología. Funciona haciendo pasar las células por el haz luminoso de un rayo láser de argón, midiendo al mismo tiempo la luz dispersada por la célula y su color, lo que permite proporcionar datos exactos sobre su tamaño, coloración y estructura interna, de gran aplicación en in vestigación básica.

Mientras que en cirugía y diagnosis se emplea como técnica, en terapia, el láser forma parte del mismo proceso curativo.

En la actualidad, los médicos catalogan la acción del láser como tratamiento en tres categorías, las cuales definen si da lugar a efectos directos, indirectos o a larga dis tancia. Los primeros originan una serie de reacciones fisiológicas o terapéuticas que pueden ser de tipo bioquímico, como la acelera ción o inhibición de reacciones del tipo de la síntesis del DNA o de las prostaglandinas, bioeléctrico (que afecta a la permeabilidad de las membranas celulares) y bioesti mulante (proporcionando directa mente energía a las células y po tenciando su normalización).

Estos efectos primarios inducen unas modificaciones en el organismo que dan lugar a los efectos secundarios, los cuales se traducen en un aumento de la troficidad de las células, tejidos y órganos, al tiempo que se produce un estímulo de la microcirculación, con importantes consecuencias terapéuticas debidas al incremento de nutrientes de la zona, la eliminación de catabolitos y el estímulo de todos los procesos defensivos.

Connotaciones pseudocientíficas

Los efectos a distancia, que se producen no sólo en la zona irradiada, sino en todo el organismo, son más difíciles de explicar científicamente. No se encuentra la clave que pueda justificar, por ejemplo, el incremento de la inmunidad del sistema nervioso y circulatorio que se consigue mediante laserterapia.

El láser se convierte así en una especie de panacea que sirve para curar cualquier cosa. Un equívoco atributo potenciado por algunos de sus defensores y que es un inconveniente para la credibilidad del láser por las connotaciones seudocientíficas que evoca. Pero lo cierto es que a este rayo se le han encontrado efectos analgésicos cuando se utiliza para combatir el dolor superficial y muscular, aunque no en el caso del dolor visceral. Tiene, además, efectos antiinflamatorios y de regulación vascular, y todo ello con la ventaja de que no se le hayan encontrado efectos negativos, con la única excepción de que puede cegar la retina si incide sobre ella.

El gran potencial de acción médica que encierra el láser y la actual falta de coordinación con que se acomete su estudio es lo que mueve a Eusebio Bernabéu, catedrático de óptica y Estructura de la Materia de la Universidad Complutense y director de la Escuela de óptica Cuántica, a pedir "que se inicie cuanto antes en nuestro país un programa de colaboración entre científicos y médicos que abarque la enseñanza, el diseño y los aspectos puramente científicos". Una petición que enlaza con las conclusiones obtenidas el pasado verano en los cursos celebrados en Jaca (Huesca) sobre láser en medicina, abordados con carácter multidisciplinanio y organizados por la escuela de óptica Cuántica.

Hacia el quirófano de múltiples usos

El profesor Bernabéu afirma que el departamento de óptica de la Universidad Complutense está preparado para diseñar componentes ópticas específicas que se puedan incorporar a los aparatos de láser según las funciones que requieran de ellos los médicos. "Lo deseable", indica, "sería crear, con el concurso de físicos e ¡ingenieros, un quirófano multiuso. Habría que tener, por ejemplo, un láser de neodimio como unidad fundamental y lograr que funcionara para varios servicios de un hospital, adecuándolo a las diferentes necesidades con sólo cambiar las componentes ópticas, para lo cual se necesitaría la presencia de personal técnico especializado en el centro hospitalario".

En el terreno científico, la. colaboración que propone Eusebio Bernabéu consistiría en "abordar entre todos la interpretación de determinados procesos curativos que acontecen mediante la utilización del láser, es decir, intentar descifrar en el laboratorio los procesos curativos que se producen en la clínica".

En cuanto a la enseñanza, el catedrático de óptica sugiere, además del intercambio de información, la realización de cursillos encaminados a conseguir que los médicos tengan unos conocimientos básicos de la técnica del láser, porque "incluso los aparatos que se comercializan traen a veces las indicaciones en un lenguaje científicamente incorrecto, por lo que no se puede tener seguridad en la dosificación, y es fundamental que el médico pueda realizar una dosimetría correcta".

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