Destituido el galerista que declaró auténticos los falsos Modigliani
, Darío Durbe, director de la galería nacional de arte moderna de Roma, que el verano pasado defendió que las esculturas encontradas en un foso de Livorno eran obra de Modigliani, fue destituido de su cargo por decisión del Ministerio italiano de Bienes Culturales.
En una reunión del consejo de administración del ministerio, presidida por el titular de la cartera, Antonio Gulloti, Darío durbe fue sustituido el lunes por Eraldo Gaudioso.
Aunque se ha dicho que la medida responde a un hecho administrativo normal, la destitución de Durbe parece claramente relacionada con la historia de las falsas esculturas de Modigliani.
Patinazo de estudiosos
Ilustres críticos y estimados estudiosos patinaron en este caso, que apasionó a los italianos durante el verano.Entre ellos y más expuesto que otros por el cargo que desempeñaba (llevaba tres años al frente de la galería romana), estaba Darío Urbe, historiador del arte conocido sobre todo por sus estudios sobre el ottocento italiano.
Fue él quien, junto con su hermana (Vera Durbe, directora del Museo Villa María de Livorno) y con el ayuntamiento de la ciudad de Modigliani patrocinó toda la operación de rescate de las obras.
El hallazgo de las tres famosas cabezas en el foso real donde, según una vieja leyenda, Modigliani habría arrojado algunas de sus esculturas, se produjo a finales del mes de julio.
Vera Durbe dijo estar segura de la autenticidad de las obras: "Estoy segura de que son de Modi; son tan bellas... Los historiadores y los técnicos se tomarán su tiempo, pero yo no tengo pelos en la lengua", dijo entonces la directora del museo. Las opiniones de los hermanos Durbe quedaron inmortalizadas en un lujoso catálogo publicado poco después y en el que también estamparon su firma los estudiosos Giulio Carlo Argan y Cesare Brandi. Poco tiempo después salió a la luz que los verdaderos autores de las esculturas eran unos jóvenes livorneses.
Los hermanos Durbe, a pesar de la exhibición hecha en televisión por los artistas, que esculpieron otra obra de arte con una taladradora Black and Decker, siíuieron sosteniendo que las esculturas eran auténticas.
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