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Se encuentran ya en la cárcel los tres miembros de la junta militar que derribó al régimen democrático argentino en 1976

La Cámara Federal argentina de Apelaciones en lo Criminal, tras 24 horas de detención previa y después de seis horas de declaración ante la justicia civil, decretó la prisión preventiva rigurosa contra el brigadier general del Aire, Orlando Ramón Agosti, triunviro de la primera Junta Miltar, presidida por Jorge Rafael Videla. Con Agosti, ya se encuentran en prisión todos los integrantes de la primera Junta Militar, de las cuatro que gobernaron entre 1976 y 1983.La justicia ordinaria no ha tomado en consideración el estado psicológico del reo -padece manía persecutoria- y ha ordenado su encarcelamiento como presunto responsable de detenciones ¡legales y aplicación sistemática de tormentos a los detenidos durante la llamada guerra sucia contra la subversión terrorista.

El pasado miércoles, varios hombres armados que conducían automóviles Ford Falcon, secuestraron durante cinco horas, en pleno centro de Buenos Aires, a la concejala por la segunda circunscripción porteña, Gladys de Pérez, que fue liberada posteriormente con 40 quemaduras de cigarrillo. La concejala pertenece al ala izquierda peronista.

El hecho se inserta en la contraofensiva de la ultraderecha civil y de los servicios de información y grupos de tareas militares aún no desarticulados, que no se ha hecho esperar en Argentina, donde continúa el procesamiento de los principales encausados en la represión de las juntas militares.

Democracia pornográfica

Por otra parte, en la parroquia porteña de Nuestra Señora de Luján, al menos 1.500 personas, muchas de ellas jefes y oficiales de las tres armas, asistieron a una misa patrocinada por Famus (Familiares de Muertos por la Subversión) y escucharon del oficiante la siguiente homilía: "Esta democracia pornográfica y delictiva que nos quieren imponer nos obliga a empuñar las armas morales, y las materiales los que tienen esa misión, para defender el reino de Dios y no ser indignos de él".

A la salida de la misa los cadetes del Colegio Militar de la Nación cortaron el tráfico, los periodistas fueron agredidos, y a los gritos de "¡Muera Alfonsín, entregador!" y "¡Abajo la sinagoga radical!" se coreó un agorero "¡MM, MM, MM"! (Muchos Más, en alusión macabra a los NN, Ningún Nombre, tal como fueron sepultados clandestinamente centenares de víctimas de la guerra sucia contra la subversión).

Sólo el obispo de Quilmes, en el Gran Buenos Aires, ha desautorizado al párroco, y Buenos Aires se convirtió en un hervidero de indignación por las provocaciones y por el reinicio impune del secuestro de ciudadanos en las calles de Buenos Aires.

Un diputado radical comentaba a este corresponsal: "Sólo en los servicios secretos de seguridad del Estado tenemos 20.000 hombres armados, todos nombrados por la dictadura militar. ¿A quién se le ocurre a usted que mandemos para quitarles las pistolas?".

Por otra parte, Mario Eduardo Firmenich, jefe montonero recientemente extraditado desde Brasil, fue interrogado durante ocho horas por la justicia civil y trasladado a la cárcel de Villa Devoto, donde esperará sus juicios por secuestro, asesinato e intento de asesinato.

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