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El actor austriaco Oskar Werner, protagonista de 'Jules y Jim', murió ayer en Marburgo

El actor austriaco Oskar Werner, que alcanzó la fama internacional por su actuación en los filmes del fallecido director François Truffaut Jules y Jim y Farenheit 451, murió ayer, a causa de un infarto de miocardio, en la ciudad de Marburgo (República Federal de Alemania), donde se encontraba actuando en una gira teatral. Contaba 61 años de edad, y en los últimos tiempos, después del brillante período cinematográfico de su carrera, había vuelto a los escenarios austriacos y alemanes, donde se formó.

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Oskar Werner, actor

Nació Oskar Werner, el 13 de noviembre de 1922, en Viena, y comenzó su carrera en el Burghtheater de la capital austriaca, considerado uno de los escenarios de más prestigio del teatro en lengua alemana. Una parte importante de la solidez técnica de que Oskar Werner hizo gala en los trabajos cinematográficos que le dieron fama mundial procede de este primer período de formación, ya que los actores del Burghtheater vienés reciben una minuciosa formación profesional.Nunca dejó Oskar Werner de acudir de tiempo en tiempo a esta cuna de su carrera. Inicialmente se mantuvo allí hasta 1949. Dejó el teatro para interpretar su primera película, Eroica, en 1950, pero volvió a él a finales de 1951 y se mantuvo hasta 1955, año en que intervino en el filme Lola Montes, de Max Ophuls. La enorme influencia que este filme ejerció en los aprendices de cineastas de la Europa, de entonces decidió indirectamente el destino profesional de Oskar Werner. Lola Montes se convirtió en uno de los filmes favoritos de un joven crítico de cine francés llamado François Truffaut que, desde las páginas de la revista Arts y, más tarde, de Cahiers du Cinema, clamaba por nuevas formas y nuevos aires para el cine.

Tuvieron que pasar seis años para que el actor austríaco y el director francés se encontraran en el filme Jules y Jim, que lanzó a ambos a la fama mundial. La crítica especializada consideró el trabajo de Werner como una de las interpretaciones más serias y complejas del cine de aquellos años, y esto le valió al actor austriaco un contrato con la industria norteamericana, que le convirtió, mediada la década de los años sesenta, en uno de los actores extranjeros mejor cotizados en Hollywood, sobre todo a partir de su intervención en el filme de Stanley Kramer El barco de los locos, por el que estuvo designado para el Oscar.

Un año después intervino en el filme de Martin Ritt, basado en la novela de John LeCarré, El espía que surgió del frío, donde interpretó magistralmente al agente doble Mundus, jefe de los servicios de espionaje soviétivos. Con este complejo personaje Oskar Werner realizó un dúo antológico con Richard Burton y llegó a otra cumbre de su carrera. Un año más tarde se puso otra vez a la cabeza del reparto de un nuevo filme de Truffaut, Farenheit 451, con el que nuevamente dio la vuelta al mundo.

A partir de entonces, la estrella cinematográfica del actor austriaco comenzó a declinar. Intervino en algunas producciones de éxito, como Interludio y Las sandalias del pescador, pero ya en un nivel de aceptación menor que en los años precedentes.

Durante los años setenta, junto a esporádicas y poco significativas incursiones en el cine, Oskar Werner reanudó en Viena su interrumpida carrera teatral, en la que se concentró durante la última etapa de su vida, que discurrió entre Austria y Alemania Federal, en representaciones teatrales y lecturas de poemas.

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