El atentado contra Thatcher aumenta el número de partidarios de la pena de muerte

Las voces en favor de la restauración de la pena de muerte han aumentado en el Reino Unido en los últimos días como consecuencia del atentado del pasado viernes en un hotel de Brighton en el que se alojaban la primera ministra, Margaret Thatcher, varios miembros de su Gabinete y numerosos diputados de su Partido Conservador, asistentes todos ellos al congreso conservador.El 80% de los interrogados en un reciente sondeo de opinión se ha mostrado partidario de que la horca, abolida en 1965, sea aplicada para casos de terrorismo con resultado de muerte.

La propia primera ministra, que escapó ilesa al atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA), se ha mostrado partidaria de la pena de muerte para los asesinatos indiscriminados con utilización de bombas o balas. La campaña en esta dirección cobra un nuevo impulso con las amenazas del IRA de que continuará su presión mediante atentados contra personalidades en Gran Bretaña. Según un comentarista de The Times, en la lista de objetivos terroristas figura la propia reina Isabel II, "el símbolo más potente de la unión entre Irlanda del Norte y la Gran Bretaña que los republicanos pueden encontrar".

El Ministerio de Interior ha intensificado en la última semana la protección de los miembros del Gobierno y de la familia real. Entre tanto, la policía ha difundido una descripción del supuesto autor del atentado de Brighton: un hombre de unos 35 años, delgado, con mostacho y barba puntiaguda.

Un número creciente de diputados conservadores considera que los atentados solamente pueden ser detenidos por la restauración de la pena capital, intentada en varias ocasiones desde 1965 y siempre sin éxito. Otra moción, destinada a aplicar la pena de muerte en la horca para asesinatos terroristas, ha sido presentada por el ex ministro de Thatcher lan Percival, que espera encontrar un apoyo en el Parlamento superior al de las propuestas debatidas en los Comunes hace 15 meses.

La lucha antiterrorista estuvo también presente en la agenda de las entrevistas entre Thatcher y su colega italiano, el socialista Bettino Craxi, de visita oficial en Londres. Ambos trataron igualmente de temas de defensa y de la Comunidad Económica Europea.