El presidente Pertini denuncia la carrera de armas en el 39º aniversario de la FAO
La FAO, que es la organización de las Naciones Unidas encargada de los problemas de la agricultura y la alimentación, celebró ayer en Roma, la jornada mundial del hambre y el 392 aniversario de su fundación. Estuvieron presentes, el presidente de la República italiana, Sandro Pertini, y el presidente de Senegal, Abdou Diouf, quienes denunciaron en sus discursos la carrera de armamentos, que desvía ingentes recursos en unos momentos en que millones de pobres en el mundo luchan por no morirse de hambre.El presidente de Senegal dejó helada a la asamblea cuando dijo que en muchos países africanos la situación se ha hecho tan dramática que ya no piensan en el problema del desarrollo, sino que les basta el poder asegurar la mera supervivencia para no morir de hambre.
Pero la gran estrella de la jornada fue el anciano y popular presidente de la República, Sandro Pertini, quien a sus 88 años cumplidos demostró una gran vital¡dad, leyendo su discurso de pie durante más de media hora, sin gafas y a veces gritando las frases más emotivas. La FAO respondió con entusiasmo y cariño a Pertini abarrotando las 1.000 butacas de la gran sala de los congresos mucho antes de empezar.
En su discurso, Pertini, tras haber denunciado las cifras del hambre en el mundo, donde aún 40.000 niños mueren cada día víctimas de la desnutrición, afirmó que si el problema fuese sólo económico., la humanidad ya hubiera resuelto hace tiempo el problema del hambre. Según Pertini, el problema de fondo es político, porque, dijo, "ha faltado la concordia de los espíritus para afrontarlo". Y añadió que los pobres del mundo no quieren serio vitaliciamente y que esperan que se les resuelvan sus problemas estructurales para poder vivir con la dignidad que le toca a cada ser humano. Defendió también el derecho de la mujer no sólo a ser madre y esposa, sino también "partícipe, como el hombre, en forjar los destinos del inundo".
El presidente italiano acabó denunciando los miles de millones de dólares empleados para construir aparatos de muerte en vez de ser destinados para la batalla contra el hambre, y acabó dejando un mensaje de esperanza: "En mi vida larga y aventurosa", dijo, "en las noches oscuras de la tiranía, en los días desesperados de la superioridad racial y de las victorias del dios de la guerra, jamás me abandonó la esperanza en el futuro del hombre creador y no destructor, socorredor y no perseguidor".
La jornada mundial de la alímentación ha tenido este año como tema La mujer en la agricultura. Por eso el director general de la FAO, el libanés cristiano Adouard Saouma, dijo ayer en su discurso de apertura, refiriéndose a la emigración de millones de hombres del campo a la ciudad, "que detrás se han quedado las mujeres, con sus hijos y sus hijas a cuestas". Y denunció que desde siempre la ayuda rural en el Tercer Mundo ha sido pensada para el hombre, sin tener en cuenta a la mujer, y que incluso algunos programas de reforma agraria "han limitado, en vez de ampliar, el acceso de las mujeres rurales a la tierra, a los créditos, a la capacitación y los derechos legales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.