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Scotland Yard cree que el IRA pudo colocar hace varias semanas la bomba que estalló en el hotel de Margaret Thatcher

Soledad Gallego-Díaz

La bomba que estalló en la madrugada del viernes en el hotel en el que se alojaba la primera ministra Margaret Thatcher, causando cuatro muertos y 30 heridos, pudo ser colocada hace varias semanas y activada con un sofisticado mecanismo de relojería, según explicó ayer en una conferencia de prensa el jefe de la brigada antiterrorista de Scotland Yard, William Hucklesby.

Margaret Thatcher, que resultó ilesa, celebró ayer su 592 cumpleaños en la más completa intimidad, en su residencia campestre de Chequers. La primera ministra sólo ha salido de su retiro para visitar a los heridos del atentado, entre ellos el ministro de Industria y Comercio, Norman Tebbit, que se recupera satisfactoriamente, y el portavoz gubernamental en el Parlamento, John Wakeham, cuyo estado inspira más inquietud.La policía sólo ha identificado a dos de las víctimas, el diputado sir Anthony Berry, de 59 años, que ocupaba el escaño conservador por Enfield Southgate y que era familiar de la princesa Diana de Gales, y el presidente del partido tory en el noroeste de Inglaterra, Eric Taylor. Ambos se hospedaban en los pisos altos del hotel y quedaron sepultados por toneladas de escombros. Las otras dos víctimas parecen ser la esposa de John Wakeham, que contaba 45 años, y la mujer de otro funcionario del partido, sin identificar, cuyo cuerpo no ha podido ser todavía rescatado.

Además, la policía detuvo ayer por la noche a un sospechoso cuando se disponía a tomar un avión con dirección a Belfast.

Fallos de seguridad

La atención de la opinión pública británica se centra ahora en las circunstancias que rodearon el atentado y en los posibles fallos del sistema de seguridad que rodea a la primera ministra y a los miembros del Gobierno. Según el comandante de la brigada antiterrorista, la bomba, con nueve kilos de explosivos, fue colocada bien en el suelo, entre los pisos quinto y sexto, o en una habitación del piso sexto.

El Grand Hotel, que es un edificio de 120 años de antigüedad y que fue sometido recientemente a amplios trabajos de modernización, es la sede habitual del Gobierno y de la oposición cuando celebran sus congresos anuales en Brighton.

La policía cree que el IRA, que reivindicó el atentado pocas horas después de producirse, aprovechó las obras de modernización para colocar la bomba, o que alojó a uno de sus terroristas en el hotel con tiempo suficiente como para no despertar sospechas. Los responsables de seguridad, aseguró el jefe de la brigada antiterrorista, tomaron medidas de precaución y el hotel fue minuciosamente recorrido con perros especialmente entrenados para detectar explosivos, pero hubiera sido imposible olfatear la bomba si estaba instalada entre el suelo del sexto y el techo del quinto piso. De todas formas, todavía no se ha podido establecer exactamente de dónde partió la explosión, porque los trabajos de desescombro se realizan con gran lentitud. Los bomberos temen que la estructura del hotel haya quedado dañada y que se produzcan nuevos derrumbamientos.

Lo que está perfectamente claro es que Scotland Yard había sido advertida hace algún tiempo sobre la posibilidad de un nuevo ataque del IRA en el Reino Unido. El diario The Guardian aseguraba ayer que el FBI norteamericano avisó hace dos meses a sus colegas británicos sobre la existencia en el Reino Unido de un comando dormido que planeaba atentar contra la primera ministra o contra algún miembro del Gobierno. El FBI habría logrado dicha información gracias a un agente infiltrado en el Comité Norteamericano para Ayuda a Irlanda del Norte (NORAID), la organización que se encarga de recoger fondos para el IRA en la comunidad norteamericano-irlandesa.

La policía estadounidense se ha negado a confirmar esta noticia, pero el ex ministro para Asuntos de Irlanda del Norte James Prior, que dimitió hace sólo un mes, señaló que él creía en la existencia de dicho comando. "Me parece que el IRA envió hace dos meses un pequeño grupo que tenía que permanecer inactivo hasta que llegara el momento preciso, la gran ocasión para golpear con fuerza". Prior aseguró que los terroristas están muy preocupados por la colaboración entre los Gobiernos de Londres y Dublín.

Según el diario londinense antes citado, la policía británica no logró conseguir pistas sobre la identidad de los miembros del comando.

Muchos expertos en seguridad se preguntan cómo en unas circunstancias parecidas se permitió que Margaret Thatcher y prácticamente todos sus ministros se alojaran en el mismo hotel. "Una de las primeras medidas de seguridad", explicó un experto norteamericano, "es no colocar todos los huevos en la misma cesta".

Poco a poco se van conociendo más detalles sobre el atentado. La primera ministra, el titular de Asuntos Exteriores y el ministro del Interior estaban alojados en el primer piso, puerta con puerta. Si la bomba hubiera sido colocada en un lugar más cercano, hubieran muerto los tres juntos.

Los otros miembros del Gabinete recibieron habitaciones en pisos superiores, salvo lord Whitelaw, con funciones de vicepresidente, que se fue a dormir a casa de unos amigos residentes en Brighton, y el ministro para Asuntos de Irlanda del Norte, Douglas Hurd.

Éste cuenta con una protección especial y procura alejarse de los centros públicos.

La opinión pública se ha quedado sorprendida por las curiosas declaraciones del ministro de Educación, sir Keith Joseph, quien afirmó que la explosión no le había despertado.

El servicio de seguridad tuvo grandes dificultades para sacarle de su profundo sueño y evacuarle del hotel. Joseph, una de las personalidades más excéntricas del Partido Conservador e íntimo amigo de Margaret Thatcher, pudo haber tomado antes de acostarse un poderoso somnífero que explicaría lo ocurrido.

Desde el punto de vista político, el atentado no ha hecho variar un ápice los planes del Gobierno británico.

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