Los obispos de Brasil promueven un ayuno nacional contra la injusticia social

Ayer concluyó en Brasil el ayuno nacional convocado por la Conferencia Episcopal de Brasil para protestar contra el hambre y la corrupción. La protesta se inició el jueves y terminó ayer viernes, día de la santa patrona del país, Nuestra Señora Aparecida. Es la primera vez en la historia que los obispos convocan un ayuno nacional fuera de la Cuaresma. Según los obispos, la convocatoria pretendía ser un "acto religioso y político contra el sufrimiento social y económico del pueblo brasileño". Miles de parroquias y todas las comunidades eclesiásticas de base fueron movilizadas durante las dos jornadas de ayuno.

En San Pablo, el cardenal arzobispo, Paulo Evaristo Arris, uno de los exponentes de la teología de liberación, explicó así la decisión de convocar un ayuno inesperado: "Es un acto de solidaridad con los que no tienen qué comer, es una forma de compartir los bienes superfluos, es una lucha para ser más en lugar de tener más". Agregó que la convocatoria debía ser encarada también como una prueba de "confianza en el pueblo" y una muestra de "repudio total a la corrupción y al tráfico inmoral de influencias de grupos deshonestos".

Ayuno del pueblo

Otro obispo que defiende la teología de liberación, Antonio Batista Fragoso, del Estado de Ceara, asegura que "el ayuno en que vive el pueblo es una imposición del modo en que está organizada nuestra sociedad. El ayuno voluntario de estos dos días significa que las clases dominadoras y explotadoras deben sentir en su propio cuerpo lo que provocan a los demás". El "sino presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, Ivo Lorscheiter, defendió con énfasis el insólito movimiento, asegurando, poco antes de que se iniciase el ayuno, que la jornadas contarían con la adhesión de dirigentes políticos y sindicales. Los criterios difundidos por los obispos indicaban que, durante la jornada del viernes, "el sacrificio del ayuno" fuera realizado "en familia, en los hogares". A pesar de ello, los centros comunitarios de la Iglesia estuvieron abiertos a concentraciones públicas. El ayuno parcial también constaba en la Esta de sugerencias elaborada por las parroquias. La convocatoria de la Conferencia Episcopal se ha producido en momentos especialmente tensos para la Iglesia brasileña. Raramente los religiosos de Brasil han estado tan divididos como ahora a causa del enfrentamiento entre los defensores de la teología de liberación, definidos como progresistas, y los conservadores. Sin embargo, los obispos no pierden ocasión para declarar que las tensiones existentes en la Iglesia servirán para "fortalecer y enriquecer a todos, inclusive a la misma teología de liberación".

Helder Camara, afirma que "la Iglesia no puede ser solamente vertical u horizontal: la unión entre esas dos corrientes nos dará la forma de la cruz". Pero las presiones del sector más conservador sobre el sector progresista no parecen disminuir. La convocatoria de estas jornadas de ayuno con carácter eminentemente político, dificilmente servirá para enfriar los ánimos.