El Instituto Nacional de Estadística rebajará las previsiones del PIB y reflejará el descenso del consumo y de la inversión
La expansión iniciada durante el año pasado por la producción industrial se ha quebrado en el segundo trimestre de¡ presente, según datos publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Después de aumentar un 2% en el primer trimestre respecto al mismo período de 1983, ha descendido en el segundo un 1,8%. El 0,1% de incremento registrado de enero a finales de junio provocará rebajas en las estimaciones oficiales de crecimiento económico para la primera mitad de este año (3%). Aunque se mantendrá, al menos por ahora, el objetivo oficial de elevar el 2,5% en 1984 la producción de bienes y servicios, los nuevos datos apuntan que el consumo privado y la inversión están en retroceso. Pero también cuestionan que sean tan potente como se cree e tercer factor de la demanda, las exportaciones
La salida del índice de producción industrial en el primer semestre del presente año, conocido por el INE con mayor rapidez que el año pasado -en 1983 no estuvo disponible hasta el 4 de noviembre-, ha causado cierto desconcierto entre los expertos en coyuntura. Pese que todos ellos sufren los retraso y extensas lagunas en el aparato estadístico español, a las que no es ajeno dicho índice, habían estimado que el crecimiento económico se situó durante la primera parte del año entre el 1,5% (la CEOE) y el 3% (el Banco de España, cuyo dato fue compartido por el Gobierno). Ahora, los datos oficiales parecen cuestionar las predicciones más optimistas.En medios de la Administración -que consideraron alto el 3% anticipado por el Banco de España- se asegura que todavía podrá crecerse en 1984 cerca del 2,5% fijado como objetivo. A su juicio, el freno apuntado por el INE en la expansión productiva inicida en 1983, año que siguió a dos ejercicios de retroceso y alcanzó un aumento medio del 2,7%, no descarta que la industria pueda obtener todavía a lo largo del ejercicio un aumento medio quizá superior al 1% respecto a los 6,01 billones de pesetas de 1983, según señalan otros indicadores.
En el mismo sentido podría pronunciarse en breve el Banco de España, aunque probablemente sin llegar a corregir ni reafirmar el citado 3% del primer semestre. Ello no sorprendería a otros servicios de estudios públicos o privados, quienes comparten que el índice de producción industrial resulta va obsoleto (su base es de 1972 y desde entonces ha cambiado el peso de cada actividad, como, por ejemplo, laproducción de ordenadores), además de que quizá no refleje el fenómeno presumiblemente expansivo de la economía oculta.
Además, todos parten en sus trabajos de que el sector industrial supone sólo un 35,6% de los 21,3 billones de pesetas alcanzados en 1983 por toda la producción española (sin construcción, el 28,3%), frente al 6,2% del agrario y pesquero (el de mayor crecimiento relativo este año) y al 58,2% de los servicios (el gran desconocido de la estadística, salvo en los subsectores financiero, hostelero y de transporte).
Aún así, provoca dificultades entre los expertos el responder a la pregunta de cómo pueden haber crecido tanto durante 1984 las exportaciones, el principal factor explicativo del crecimiento económico desde el lado de la demanda, sin haber apenas aumentado la producción industrial, el mayor alimento de dicha demanda desde la vertiente de la oferta.
Bajan el consumo y la inversión
El interrogante adquiere mayor interés si se tiene en cuenta que la mayor parte de los expertos se inclinan en las últimas semanas por dejar en solitario a las exportaciones a la hora de explicar el crecimiento económico. Entre los más solventes, nadie discute a estas alturas que, de los otros componentes de la demanda, el consumo ha caído en lo que va de año, incluso con tanto el aumento del público, y que el descenso de la inversión ha sido mayor. El Gobierno ha ido encajando esta opinión: los cuadros presentados esta semana al Parlamento con los Presupuestos dan a la inversión un aumento del 1,5% y al consumo privado un crecimiento cero, frente a má5 del 4% y 0,5% que señalaban los objetivos iniciales.
En la actualidad, algunos expertos del Ministerio de Economía y Hacienda suscriben tales caídas del consumo privado y de la inversión. Igualmente, los últimos datos disponibles parecer haber animado al servicio de estudios del Banco de España a vaticinar para todo el año un descenso próximo al medio punto el consumo privado y también una nueva caída de la inversión o formación bruta de capital fijo, s]' bien ésta resulta para todos más dificil de medir, al menos para la no ligada a la construcción, donde la recesión es indiscutible a la luz de casi todos los indicadores económicos.
Un perfil similar de la demanda ha sido bosquejado por el propio índice de producción industrial, cuya obsolescencia y limitaciones no fueron aireadas desde esferas oficiales con motivo de los fuertes crecimientos que daba en 1983, pero que es admitida en medios allegados al personal de estadística que lo elabora. Según el índice, durante el primer semestre de este año la. producción del conjunto de los bienes destinados al consumo (alimentos, bebidas, tabaco) ha descendido el 1,77% respecto a igual período de 1983.
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