El ministro israelí de Defensa prepara medidas para mejorar la situación en Cisjordania y Gaza
El ministro israelí de Defensa, Isaac Rabin, estudia medidas encaminadas a "mejorar la calidad de vida de la problación palestina en Cisjordania y Gaza". Rabin quiere poner fin a la Administración militar de localidades palestinas, autorizar la vuelta de las personalidades árabes expulsadas de estás zonas, suprimir la prohibición de importar capitales a los territorios ocupados, aprobar la apertura de un banco palestino y acabar con la censura sobre las publicaciones propalestinas. Todo este conjunto de medidas puede reforzar la posición negociadora del primer ministro, Simón Peres, que ayer inició una visita oficial de tres días a Washington.
El Gobierno que dirige el laborista Peres ya ha iniciado conversaciones para volver a la antigua Administración palestina en lo calidades cuyos alcaldes fueron expulsados o destituidos y sustituidos por oficiales israelíes. Es el caso de Nablús, Hebrón, El Bire, Gaza, Ramalá..., ciudades para las que se busca un alcalde interino hasta la celebración de las próximas elecciones municipales. Con anterioridad, el Gobierno del Likud realizó esta oferta a algunas personalidades, que la rechazaron de plano, las mismas figuras que ahora parecen aceptar la propuesta de Rabin tras haberlo consultado con emisarios de Yasir Arafat, Amman y El Cairo. En relación con esta medida, el ministro de Defensa estudia la promulgación de un decreto que autorice el retorno a Cisjordania y Gaza de varias personalidades palestinas expulsadas; entre ellas, los alcaldes de Hebrón y Jaljul.
También se quiere levantar la prohibición de introducir capitales en territorio ocupado, donde el comercio y la industria padecen una fuerte sequía inversora y crediticia. Ahora cada palestino que vuelve del extranjero puede llevar hasta 5.000 dólares (unas 850.000 pesetas), pero hasta hace no mucho las autoridades prohibían radicalemente toda importación de capitales, por considerar que tales cantidades procedían de la Organización para la Liberación de Palestina.
Por primera vez desde 1967 se prepara la instalación de un banco palestino en la Cisjordania ocupada. Se trata de un banco con capital de procedencia norteamericana en el que estadounidenses de origen árabe -como, Nayib Alabi, padre de la reina de Jordania- o de origen judío ya han manifestado su voluntad de invertir. La sede del banco, sucursal del Arab Bank de Amman, estará en Nablús.
La mayoría de estas medidas se encuentran en el estadio de elaboración, y para que puedan ser efectivas han de contar con la autorización de Isaac Shamir, jefe del Likud y viceprimer ministro. Tampoco se descarta la posibilidad de que puedan ser boicoteadas por el duro Ariel Sharon, ex ministro de Defensa y actual ocupante de la cartera de Industria y Comercio.
En el entorno de Rabin, sin embargo, reina el optimismo porque algunas de las medidas liberalizadoras son competencia exclusiva de su ministerio, sin que necesiten la aprobación gubernamental, y porque el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, ha pedido en más de una ocasión a las autoridades israelíes "levantar las restricciones impuestas a los palestinos de los territorios ocupados y mejorar sus condiciones de vida".
El primer ministro, Peres -que se encuentra en Estados Unidos con una agenda en la que ocupan renglones destacados la delicada situación económica israelí y el deseo de retirar las tropas que aún se hallan en el sur de Líbano-, puede presentar de este modo ante Ronald Reagan y ante Shultz una posición negociadora más sólida al manifestar que su Gobierno pretende seguir las sugerencias realizadas desde Washington. En cualquier caso, el paquete de medidas para normalizar la situación en los territorios ocupados no dejará de despertar un eco favorable en El Cairo y Amman.
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