Santiago Chamorro,
un muchacho salmantino, descubrió 35 kilos de duros por el simple procedimiento de tirar de la manga; en total, 30.510 pesetas, que su padre, Tomás Chamorro, entregó sin dilación. Los encargados de esconder el tesoro habían formado un hatillo, con una manga, bajo algunas piedras de una tapia próxima a su vivienda, en las inmediaciones del barrio de Pizarrales, de Salamanca. Y Tomás tiró de la manga, en la que se guardaban más de 6.000 monedas de cinco pesetas que, según las primeras sospechas, podrían proceder de algún robo perpetrado en máquinas tragaperras.
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