Hacienda prevé elevar en 300.000 millones de pesetas en 1985 la recaudación bruta por el impuesto de tráfico de empresas
Todos los clientes de hoteles y restaurantes, socios de cooperativas o consumidores de sus productos, profesionales independientes o receptores de sus servicios, además de constructores o usuarios de equipamientos urbanos, entre otros colectivos, sufrirán el próximo año una factura adicional para pagar el impuesto de tráfico de empresas (ITE, sobre las ventas), del que hasta ahora han estado exentos por dichos bienes y servicios. La recaudación bruta crecerá cerca de 300.000 millones y rozará por primera vez el billón de pesetas, según los proyectos del Gobierno, consistentes en aumentar los ingresos un 50% durante 1985, mediante un proyecto de ley que adapte el ITE al futuro impuesto sobre el valor añadido (IVA).
Aplazada definitivamente a 1986 la entrada en vigor del IVA, que recaudará cada año cerca de dos billones de pesetas, más que el de la renta, el Ejecutivo no elevará en 1985 los tipos de ningún impuesto, según ha declarado José Borrel, secretario de Estado de Hacienda.Los ingresos adicionales (4,7 billones de pesetas, frente a los 4 billones esperados para el presente año) deberán salir de dos vías: mejoras de gestión y lucha contra el fraude. Y el impuesto en el que se ha visto para ello mayor potencialidad es el ITE, para el que los Presupuestos Generales del Estado prevén un aumento de recaudación cercano al 50%.
Según fuentes del Ministerio de Economía y Hacienda, además del efecto de las subidas de precios y de la persecución del fraude -las últimas estimaciones oficiales apuntan que la tercera parte de las ventas que deberían tributar el ITE se ocultan al fisco-, gran parte del incremento en los ingresos procederá de suprimir algunas de las exenciones actuales.
Deducciones e incentivos
Para ello, tras descartar las enmiendas al proyecto de ley enviado antes del verano a las Cortes para aplicar el ITE a los profesionales, Hacienda ha propuesto al Gobierno retirar este texto del Parlamento y enviar otro sobre adaptación de dicho impuesto al IVA, mediante la supresión de numerosas exenciones.
El ITE es precisamente el impuesto con mayores gastos fiscales, como denomina Hacienda a todo tipo de deducciones, desgravaciones, exenciones e incentivos que minoran sus ingresos. Para 1984 han sido calculados en 191.200 millones de pesetas, cifra equivalente a un 43,7% de la recaudación neta esperada (436.600 millones), es decir, sin contar desgravaciones fiscales a la exportación ni el 1% de recargo provincial sobre el 4% de tipo general del impuesto.
La introducción del IVA, que absorberá todos los tributos actuales sobre la cifra de negocios de las empresas (ITE, impuesto sobre transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados, impuestos especiales y derechos de aduanas), supondrá la desaparición de la amplia lista de exenciones del ITE, recogida en los 29 apartados del artículo 34 de la ley que lo reguló en 1964.
Se trata principalmente de la entrega de productos de primera necesidad, servicios de hostelería y restaurantes de carácter social, libros, revistas y periódicos diarios, productos sometidos a los impuestos especiales y monopolizados (gasolina y tabacos fundamentalmente), operaciones de intervención del Estado en el mercado de productos agropecuarios, cooperativas fiscalmente protegidas, viviendas de protección oficial, servicios de profesionales, telecomunicaciones y transportes por ferrocarril, así como los públicos y municipales.
Aunque la supresión de estas exenciones será paulatina y resultará atenuada en algunos casos a regímenes especiales (en el proyecto actual de IVA aparecen los de pequeñas empresas, agricultura, ganadería y pesca, bienes usados y agencias de viajes), Hacienda pretende limitar desde el próximo año todas ellas, excepto las de artículos de primera necesidad.
Las de eliminación más probable afectarán a la hostelería y la restauración de menos estrellas o tenedores (la de mayor calidad ya estaba sometida), las cooperativas (muy extendidas en el sector agrario y en el comercial), los equipamientos urbanos ni los profesionales y artistas, entre los colectivos más importantes.
Junto a estas desaparecerán las previstas en el proyecto que iba a ser enmendado y ahora será retirado de las Cortes para los profesionales (abogados, arquitectos y cerca de medio millón de trabajadores autónomos y especializados), obras de parques y jardines públicos o superficies viales en zonas urbanas, la construcción o rehabilitación de edificios públicos (entre ellos centros docentes e iglesias) y las ventas o entregas de obras de arte cuando no las efectúen directamente sus autores.
Los tipos aplicables durante el primer año para la mayor parte de los nuevos bienes y servicios que se incorporarán al ITE serán algo reducidos (probablemente del 2,5%), al igual que ocurrirá con los productos de primera necesidad que empiecen a satisfacer impuestos indirectos cuando se implante el IVA.
Aumento del 50%
Sin contar recargos provinciales ni desgravación fiscal a la exportación, los ingresos procedentes del ITE deberán aumentar el próximo año en unos 220.000 millones de pesetas, lo que supondrá un aumento del 50% adicional.al 36% previsto para 1984, que a su vez se acumula a otro del 31% en 1983 y a otros también importantes en años anteriores. Para conseguir cerca de 660.000 millones netos sin elevar los tipos, como se propone el Ejecutivo, la Administración deberá engrosar el censo de empresas recaudadoras en cerca de un millón.
El impuesto de tráfico de empresas ya aportará durante el presente casi el 11% de toda la recaudación fiscal, frente al 9,5% que representó en 1983. Su avance paulatino durante el último lustro se debe a que los tipos más generales han subido desde el 1,5% al 4% (5% con recargo).
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