Pretendientes para 'Hortensia'

Hortensia llegó con retraso y en decadencia, tras su plenitud ultramarina, pero hizo temblar las paredes de Galicia. Ante el misterio del oráculo meteorológico, cada uno le llamó a su manera. Ciclón o profunda borrasca, rama o aldaba, vendaval o fantasma, erizó la cabellera de un país acostumbrado a la lluvia mansa, o, en todo caso, a tempestades sin nombre de flor o vampiresa. Pero esta vez, como diría el legendario cazador de Kurosawa, los vientos eran "mala gente".Hortensia, por desgracia, con su estela de víctimas y daños, engrosará la cronología de sucesos que han curtido estas costas, donde alienta este gran animal que es el océano. Pero también merecería su pequeña crónica de sociedad. Algunos medios crédulos criticaron a los augures tanta premura y tan "desproporcionada alarma" y el delegado del Gobierno, Domingo García Sabell, con tono humanista, tuvo que apelar al "ejemplo de los países civilizados". De madrugada, la velocidad media del viento le daba la razón.

A partir de ahí, le salieron demasiados pretendientes a la maligna Hortensia. Aunque se insistiera diplomáticamente en una perfecta coordinación, se dio la impresión de que las instituciones competían en una prueba de imagen. Poner puertas al viento enfurecido no parece una buena ocasión para el protagonismo. Hortensia se merecía todas las atenciones, pero tampoco se hizo querer.