Nombramiento irregular de nuevo presidente de la Caixa de Catalunya

Once consejeros de la Caixa de Catalunya nombraron el jueves, sin las formalidades requeridas, al escritor Josep María Castellet como nuevo presidente de la entidad. Los 11 miembros del consejo que realizaron esta votación, son los partidarios del director general de la entidad, Joan Bilbao, en la crisis que enfrenta a éste y al presidente, Josep Lluís Sureda. Castellet es, como Sureda, vocal de la caja en representación de la Diputación de Barcelona -de mayoría socialista-, forma parte de su equipo y no asistió a la citada reunión, al considerar -como los restantes vocales elegidos por la diputación- que la convocatoria del consejo era irregular.

Estatutariamente, la convocatoria de las reuniones del consejo de administración corresponde al presidente de la entidad. Pero ocurre que una parte del consejo -el bloque conservador- votó el pasado día 18, tras una crispada reunión y fuera del orden del día previamente redactado, el cese de Sureda, considerando que tenía quorum y facultades suficientes, lo que pusieron en duda los consejeros representantes de la diputación.

En suma, una parte del consejo considera que sigue habiendo presidente, Josep Lluís Sureda, que es quien debe convocar las reuniones, mientras que otra parte le considera cesado, por lo que ha procedido a nombrar un nuevo presidente. Paradójicamente, como los estatutos de la caja obligan a que el presidente sea uno de los ocho vocales representantes de la diputación, el bloque contrario a Sureda ha elegido a uno de sus colaboradores, y que precisamente no quiso participar en la reunión del jueves por considerar que la presidencia no estaba vacante.

Postura de la Generalitat

El callejón sin salida en que se encuentran los órganos de la entidad -que por otra parte, desde el punto de vista financiero, goza de excelente salud- ha sido examinado en una primera aproximación por el Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat. El director general de Política Financiera, Joan Morist, acusó recibo de la comunicación enviada por el bloque de consejeros contrarios al presidente en la que se notificaba la votación de su cese practicada el día 18. Asimismo, ofició a Sureda para que, en su caso, presentase las alegaciones oportunas.El plazo para éstas aún no se ha cerrado, por lo que la Generalitat no ha definido todavía su postura sobre la polémica. El nombramiento de Castellet realizado el jueves, calificado de "insólito" por fuentes de la Administración, interfiere precisamente en la resolución que debe dar a este tema. Ésta es independiente de eventuales tomas de postura por el Banco de España en torno a la actuación del director general, único aspecto del capítulo de órganos de gobierno sobre el que el banco emisor tiene competencias, tras el decreto de 19 de diciembre de 1980 por el cual todos los otros aspectos de la tutela sobre órganos de gobierno quedaron como competencia de la Generalitat.