Los sectores progresistas de la Iglesia peruana temen que el Vaticano les desautorice frontalmente
El proceso vaticano a la Iglesia peruana, que a juicio de expertos eclesiásticos reviste enorme gravedad para los sectores católicos progresistas peruanos y latinoamericanos en general, comenzará hoy en Roma. Los sectores progresistas de la Iglesia peruana temen que de la reunión entre la Congregación para la Doctrina de la Fe y los obispos peruanos salga un documento sobre teología de la liberación que, en caso de que se impongan las tesis conservadoras, suponga no sólo la condena de los textos del teólogo Gustavo Gutiérrez, sino también un ataque frontal a los sectores católicos progresistas peruanos, que encabeza el actual presidente del episcopado de aquel país, Juan Landázuri.
A juicio de los expertos, la sola convocatoria a Roma de la Asamblea Episcopal peruana envuelve un juicio. Ello recuerda al Sínodo Holandés de los años sesenta, aunque no hay comparación posible entre la situación de. la Iglesia holandesa durante los 13 años que siguieron al Concilio Vaticano II y la situación peruana. Algunos obispos de ese país consideran que han sido presentados "informes calumniosos" ante Roma. Perú fue precisamente la cuna de la teología de la liberación y de buena medida de la praxis progresista cristiana, que, en opinión de algunos expertos, se intenta cortar de raíz, después de la experiencia nicaragüense.Los antecedentes de este proceso arrancan de marzo de 1983, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe, que preside el cardenal Ratzinger, solicitó un texto del episcopado peruano, a raíz del documento vaticano Observaciones a la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez. El propio interesado respondió a las observaciones vaticanas. No obstante, el objetivo del cardenal Ratzinger -lograr un documento crítico de la Conferencia Episcopal Peruana- no se Regó a cubrir, puesto que los obispos, en diversas reuniones, no se pusieron de acuerdo, a pesar de los intentos de condenar a Gustavo Gutiérrez efectuados por el Nuncio papal en el país andino, Mario Tagliaferri.
Este mismo mes también fue llamado a Roma para ofrecer explicaciones el franciscano brasileño Leonardo Boff, otro de los integrantes de la corriente teología de la liberación.
Comunidades cristianas
La falta de resultados provocó que el cardenal Ratzinger reclamara para la Congregación que preside todo el material recogido en el período de un año por la comisión que los obispos de Perú habían nombrado al efecto. Algún obispo peruano opina que lo que ahora está en cuestión no es tan sólo la condena del teólogo de la liberación, sino también un juicio negativo de los últimos 16 años de vida de la iglesia de Perú y, consiguientemente, al cardenal Juan Landázuri, que preside la Conferencia Episcopal de su país desde hace 30 años.Los sectores conservadores católicos le reprochan al presidente del episcopado que haya permitido el afianzamiento de comunidades cristianas en línea de la teología de la liberación. Mientras, los progresistas consideran que la Iglesia peruana ha querido ser fiel en su opción por los pobres, y recuerdan que nunca los obispos se han reunido tantas veces en un año para tratar de esta situación de miseria y decir lo que el mensaje evangélico aporta.
La reunión que hoy comienza en Roma supondrá una fuerte presión para aquellos obispos indecisos que no se hayan alineado claramente en uno de los dos sectores del episcopado peruano. Dentro de la línea conservadora se engloba el grupo Sodalitium Christianae Vitae, una especie de Opus Dei cuyo protector es el arzobispo de Arequipa, Fernando Vargas, quien al parecer aspira a la presidencia de la Conferencia Episcopal. Este grupo está integrado por tres obispos, mientras que el Opus Dei cuenta con cinco. En la línea progresista aparecen 15, sobre el total de 52 que componen la Conferencia Episcopal Peruana.
