En la feria de Logroño sale el toraco
ANDRÉS DUQUE ALFONSO Dos días lleva la feria de Logroño de toracos indecentes. Los del conde de la Maza y los de ayer del salmantino Manuel Sánchez Cobaleda. Y con tamaño material, emergieron las ganas -que no la inteligencia- de Pepe Luis Vargas, que cambió, el primer día, una cornada por una oreja, y ayer Manuel Cascales, marchoso y torero, hierático y juncal -aunque perfilero- gozó de las bendiciones del buen público riojano ante un toraco soso y distraído, y si llega a matar bien, ahora mismo le hubiesen nombrado bodeguero mayor de esta tierra... o algo así.
Con tal mercancía, Ortega Cano -que sustituía al anunciado Antoflete-, y Ruiz Miguel, se perdieron en la vulgaridad ante la indiferencia del público. Con toros que había que llevarlos tanto para que embistieran, mejor hubiese sido llevarlos, de nuevo, a la dehesa.
Es dudoso que Antoñete tuviese intención de ponerse delante de semajante género. Por eso su baja pudo incluso ser oportuna.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.