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Compromiso entre Trípoli y París

Los interrogantes que suscita un inesperado pacto

El escueto y sorprendente comunicado oficial hecho público en París sobre la retirada "total y concomitante" de las tropas francesas y libias de Chad suscita una serie de interrogantes, entre los que destacan el cómo de tal pacto y cuál va a ser el futuro de las conflictivas relaciones interchadianas.Entre los interrogantes creados por el acuerdo franco-libio, el primero se refiere al papel jugado hace dos semanas por las conversaciones, en lfrane, entre el presidente François Mitterrand y el rey Hassan II de Marruecos. Claude Cheysson, ministro de Relaciones Exteriores, se ha esforzado en decir que el resultado obtenido no era "en absoluto el fruto de estas conversaciones".

Una tesis que ya habían defendido el propio Cheysson y el primer ministro, Laurent Fabius, que insistían en que el diálogo entre Francia y Libia no se había interrumpido nunca y que, en consecuencia, París no necesitaba de un mediador en el conflicto de Chad.

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Parece evidente, sin embargo, que ha sido el acuerdo de unión libio-marroquí el que ha desbloqueado la situación y que en las conversaciones de lfrane se trató, sin duda, entre otros temas, de la cuestión de Chad. Los analistas ponen también de relieve, como factores coadyuvantes al acuerdo, las dificultades militares Iibias en Chad y las desavenencias en el campo de los rebeldes.

El segundo interrogante del acuerdo franco-libio se refiere a la forma en que será resuelta la crisis interna chadiana. A este respecto, se pone de relieve en París que los franceses nunca han pretendido intervenir en los asuntos intemos de Chad y que su presencia militar sólo tenía por objeto contener el avance libio y apoyar al Gobierno legítimo de Yamena, reconocido por la Organización para la Unidad Africana (OUA). Los chadianos deberán encontrar una solución a sus problemas dentro del marco de la OUA.

Respecto a la franja de Auzu, un territorio que Libia reclama desde siempre y ocupa desde 1973 (150.000 kilómetros cuadrados ricos en petróleo y con importantes yacimientos de uranio), Francia se limita a decir que reconoce las fronteras heredadas de la colonización y que, según las mismas, dicha zona está bajo la soberanía chadiana.

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