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Andreotti, desautorizado por el Gobierno italiano, reitera sus reservas al 'pangermanismo'

El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, ha reiterado en las últimas horas sus reservas personales frente al pangermanismo, a pesar de que el conflicto que estas declaraciones crean entre su país y la República Federal de Alemania sube de tono (RFA), y de que tanto el Gobierno como los partidos políticos critican y se distancian de las declaraciones de Andreotti en Italia.

RomaLas afirmaciones que el ministro italiano hizo el pasado jueves, en la fiesta de L'Unità, acerca de los peligros del renacimiento de un pangermanismo, reflejan, sin embargo, la irritación que han producido en Roma las importantes manifestaciones pantirolianas que se desarrollaron durante la semana pasada en Insbruck (Austria).El propio Andreotti se encargó de confirmar esta interpretación de los observadores, en unas puntualizaciones de las que informó el sábado el diario Reppublica, de tendencia socialista. "El pangermanismo", explicó el ministro, "puede adoptar diversas formas. Sin tratar de ser visionario y con las distancias necesarias, se puede afirmar, no obstante, que el episodio de Insbruck constituye todo un ejemplo. Allí se presenciaron peligrosas manifestaciones de pangermanismo. Creo que es preciso poner los puntos sobre las íes".

El pasado domingo 9 de septiembre, 35.000 schuetzen (cuerpo de francotiradores tiroleses) desfilaron con ocasión del 175º aniversario de la victoria del héroe nacional Andrea Hofer sobre las tropas de Napoleón. La ceremonia fue retransmitida en directo durante cinco horas por la televisión austriaca, que se capta en el norte de Italia.

En el desfile, hubo un gran número de delegaciones de la etnia alemana del Alto Adigio (Tirol italiano) donde los germanos son mayoritarios y soportan mal el verse incluidos en el Estado de Italia. Al día siguiente de la celebración, la Prensa italiana hizo inventarlo de las provocaciones registradas en Insbruck: pancartas que proclamaban un "Tirol unido, desde Kufstein (en el norte del Tirol austriaco) hasta Salurno (a 34 kilómetros de Bolzano, en Italia)"; presencia de líderes neofascistas como Peter Kienesberger, Norbert Burger y Erhard Hartung, sospechosos de haber realizado atentados terroristas, junto a llamamientos a la autonomía e incluso a la independencia.

Incomprensión

Las explicaciones facilitadas por Andreotti y su Ministerio no han satisfecho, sin embargo, ni a las autoridades de la RFA ni a los partidos políticos italianos. El ministro germano occidental de Asuntos Exteriores, Hans Dietrich Genscher, reprochó ayer a su colega italiano haber "ofendido gravemente" al pueblo de la RFA al hablar de pangermanismo en relación con los alemanes del Oeste.Genscher recordó, por otra parte, que el pasado mes de mayo, en Washington, los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza Atlántica, incluido el de Italia, reafirmaron el derecho de Alemania a recuperar su unidad, en aplicación del principio de libre autodeterminación de los pueblos.

Andreotti, que hoy se encontrará con Genscher en Bruselas para celebrar una reunión comunitaria de ministros de Exteriores, acude a esta cita sin el apoyo de su Gobierno en relación con este conflicto. Un comunicado difundido ayer por el palacio Chigi, sede de la presidencia del Consejo italiano, afirma, en efecto, que "el Gobierno italiano tiene el mayor respeto por los principios e ideales en que se inspira la RFA, y que forman parte de los fundamentos de su Constitución". La vocación unitaria alemana figura entre esos fundamentos.

El comunicado destaca, además, la "contribución esencial que la RFA ha aportado y sigue aportando a la causa de la paz y de la libertad en Europa", al tiempo que hace votos por que los lazos de amistad y colaboración entre la RFA e Italia se mantengan.

Flaminio Piccoli, presidente de la Democracia Cristiana, partido al que pertenece Andreotti, afirmó en un editorial publicado ayer por Il Popolo que las palabras del ministro fueron "desafortunadas".

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