Aumenta el riesgo de que los contenedores de hexafluoruro de uranio se dispersen
, "Hay peligro de que los contenedores de hexafluoruro se dispersen por el mar", reconoció ayer un portavoz de la empresa holandesa Smit Tak, encargada del rescate de la carga del Mont-Louis, a la misma hora en que funcionarios belgas reconocían que el casco del buque se ha partido totalmente en dos, y no sólo por uno de sus lados, como se afirmó el lunes en Ostende.
El alcance exacto de los daños ocasionados por la tormenta en el buque naufragado sigue, no obstante, sin ser determinado, porque el mal estado de la mar se mantiene y los buceadores no pudieron tampoco ayer sumergirse.Por la misma razón persiste la incógnita sobre la verdadera situación de los 30 barriles de contenido altamente tóxico. En cuanto a la naturaleza de su carga, fuentes fiables informaron el lunes de que al menos uno de los barriles que llevan la indicación de hexafluoruro de uranio contiene, en realidad, material electrónico de alta tecnología destinado a ser incorporado al nuevo oleoducto soviético.
Sin embargo, el primer ministro belga, Wilfred Martens, reiteró ayer que la primer a preocupación de su Gobierno es contener la marea negra que amenaza con provocar el combustible liberado al romperse el barco.
Una gruesa capa de hidrocarburos, de más de dos kilómetros de longitud, derivaba ayer hacia las proximidades de la costa de Ostende. Un avión británico y cinco buques, uno de ellos francés, intentaban neutralizar la sustancia contaminante.
El grupo ecologista Greenpeace alertó entre tanto a las autoridades belgas sobre el hallazgo, en la playa de Dehaan, al norte de Ostende, de un contenedor marcado con el rótulo de "hexafluoruro de uranio". El barril está vacío, lleva también la inscripción de Cogema, empresa propietaria de la carga del Mont-Louis, y parece ser el número 12 de los contenedores ya recuperados que el buque siniestrado transportaba para que se envasara en la URSS el uranio una vez enriquecido.
Las autoridades belgas minimizan entre tanto los riesgos de contaminación asociados a una eventual dispersión por el mar de los barriles que contienen ahora el hexafluoruro de uranio. Expertos franceses no excluyen, en cambio, la posibilidad de formación de nubes de ácido fluorhídrico.
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