El modernismo en sonidos
La muerte de Manuel Valls Gorina a edad no avanzada supone la desaparición de un músico plural, con notable presencia en el campo de la creación, de la crítica y de la divulgación musical en numerosas publicaciones escritas.Impregnado de Cataluña y de lo catalán, Se ha dicho que Valls Gorina vino a ser un representante del modernismo en sonidos. Su música parte no alejada de las intenciones intelectuales del Grupo de los Seis francés: cierta acidez, cierto humorismo y lahuida de la retórica pueden teneir allí, en efecto, un precedente próximo. Su obra es amplia e incluye diversos géneros. Compuso música para la escena, como la de Primera història d'Esther, de Espriu (1955), o la ópera de cámara El bon samarità (1967). Su música vocal es numerosa, y entre ella quizá se encuentren los mejores logros de Valls: cabe destacar el ciclo Canciones del alto Duero sobre Machado (1950), las interesantes Cançons dela roda del temps, sobre Espriu (1954), para voz y conjunto instrumental, o las 12 Canciones sefardíes (1965), entre otras muchas canciones con piano que emplean textos de Alberti, Rosalía de Castro, Teixidor, etcétera.
La música orquestal de Valls puede representarse por sus Estudios concertantes, para piano y orquesta (1958), Els artefactes de Paco,Todó (1963), que la Orquesta Ciudad de Barcelona interpretó el año pasado, o el Concierto de guitarra (1965). Para conjuntos variables escribió un Tema con variaciones sobre la muerte de Véla Bartók (1946), Veus del carrer (1966), Els preceptes (1967) o Serenata militar (1970), y en el género más propiamente camerístico destacan un Trío (1951), un Cuarteto (1962) y las Invenciones para violín y piano, de las que existe también versión con orquesta de cámara. Unas Fantasías para guitarra, su Sonata pianística, una Tocrata para órgano y el Preludio alegre y nocturno, que se interpretó en la reciente Mostra de Música Catalana Contemporània 1983, representarían la música instrumental de Manuel Valls, como el Salmo penitencial, de 1957, significa su escueta aproximación a la música para coros. Reciente está en Madrid el recuerdo del estreno de su Suite canalla y sentimental, una adaptación para piano a cuatro manos que el maestro escribió para un concierto de los Lunes Musicales de Radio Nacional, a partir de músicas compuestas con destinos cinematográfico y teatral: La ciutat cremada y ¡Victòria!, de Ribas, Companys: procés a Catalunya, de Forns, y El cafe de la Marina, de Sagarra.
Su presencia como crítico en distintos diarios y publicaciones periódicas ha sido notoria y no ha rehusado, en ocasiones, una cierta agresividad sincera o caracteres polémicos. Sus trabajos de ensayo e investigación han llegado muchas veces al libro, por lo común con criterios de divulgación general o de estudio de situaciones concretas, básicamente apegadas al presente y a Cataluña.
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