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Los colaboradores de Dalí aceptan que se investigue lo ocurrido en la casa del artista en Púbol

Miguel Doménech, abogado de Salvador Dalí, ha manifestado a este diario, en nombre del equipo de colaboradores del pintor, que disponen de un buen número de testimonios para probar ante la justicia que su comportamiento con el pintor ha sido el más conveniente. Sin embargo, no quieren entrar en lo que consideran una cuestión de honor hasta más adelante. "Lo único que nos preocupa ahora", afirma, "es la salud del paciente. Estaremos a su lado hasta el último momento". Aunque su estado sigue siendo preocupante, afirman que Dalí está más tranquilo.

"Frente a las especulaciones, nosotros defendemos la verdad y la justicia". Con estas palabras Miguel Doménech daba por cerrada la polémica iniciada por el crítico de arte Rafael Santos Torroella sobre las malas condiciones y la inseguridad que ha rodeado a Salvador Dalí en estos últimos cuatro años.Doménech no quiso entrar en detalles porque considera que éste no es el momento para habladurías que "sólo reflejan la envidia de determinados egoísmos". Sin embargo, dio alguna de las que considera "pruebas palpables de que Dalí estaba bien protegido", como es la presencia misma de la Guardia Civil a la que ha manifestado su agradecimiento en el castillo de Púbol en la noche del incendio.

En opinión de Miguel Doménech, desde hace cuatro años (cuando se formó este nuevo equipo cerca del artista) Dalí incluso está mejor cuidado que antes. "Nosotros hemos dignificado a Dalí, puesto en un lugar discreto a Gala e intentado formar un sentimiento familiar, atentos para ayudar y acercar y no para alejar". Desde Púbol, recordó Miguel Doménech, se enviaron telegramas a todos sus amigos para notificarles el accidente. "pero todo esto se olvida ahora", añadió el abogado.

Al tiempo que manifestaba su máxima tranquilidad moral frente a las acusaciones -"después ya me ocuparé de mi reputación", afirmó-, Miguel Doménech consideraba la magnitud del personaje eje de estas informaciones. "Todo en Dalí es genialidad. Puede que su voluntad de ir a Figueres antes de que lo trajeran a Barcelona no se comprenda, pero en cambio, es muy lógico. Dalí había estado ocupado durante estos últimos meses en ampliar el museo. Aquel pasadizo que algunos, groseramente, califican de agujero, es un símbolo para Dalí: la unión entre su viejo museo, que se le ha quedado pequeño, y el nuevo, el que va a darle su justa imagen internacional".

En contra de aquellas opiniones según las cuales la gravedad de las quemaduras obligaba a un traslado urgente del paciente a un hospital, Doménech defiende el respeto a la voluntad del artista quien, según parece, manifestó su deseo de ir a Figueres antes de su internamiento. "Se trata de un acto heroico"', considera Doménech, "que quiso realizar con su Cadillac 3, vestido como la última vez que visitó el museo, disfrazado del mismo modo".

Además, según recordó Doménech, fue al llegar allí, cuando Dalí preguntó por el estado de su Tragedia, la última obra que el artista estaba escribiendo y que se encontraba en su mesa de noche. "No te preocupes, le dijimos. El manuscrito se halla en la caja fuerte de un banco y de las últimas páginas tenemos fotocopias. Y Dalí se quedó tranquilo".

Esta actitud "meritoria" del artista, que luego aceptó sin problemas vestirse de enfermo para venir a Barcelona en una ambulancia, demuestra su lucidez, en opinión de Doménech. Aunque en el actual equipo de médicos que controla al paciente no hay ningún psiquiatra, Miguel Doménech ha informado de que disponen de un amplísimo dossier realizado por el especialista que le cuidaba hasta hace poco.

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