Resurrección de los setenta
ENVIADO ESPECIAL El grupo barcelonés Diábolus in Música, creado y dirigido por el compositor tarraconense Joan Guinjoan, cuenta 19 años de existencia, durante los cuales no ha cesado de estrenar y difundir la música de nuestro tiempo, y muy especialmente la de los compositores españoles.
La actuación de Guinjoan y su conjunto en el claustro de la catedral de Santander en el marco del festival internacional remedia en parte la ausencia de autores actuales en los ciclos del festival internacional. Como Guinjoan plantea sus programas con excelente sentído, ha venido a darnos una resumida antología de música española de los años setenta, acompañada por el Septeto, de Stravinski, con el que al comienzo de los cincuenta se incorpora el gran nombre de nuestro siglo a las corrientes y procedimientos de la escuela de Schönberg.
De los autores españoles representados por creaciones nacidas entre 1969 -año de Ibemia, de Mestres Quadreny- y 1979, fecha del Quinteto hedonista, está el madrileño Francisco Cano. Si Ibernia, de Mestres, supone uno de los primeros ensayos españoles de composición con ordenadores, Arbor, de 1970, nos presenta el estatismo repetitivo y circular propio de Tomás Marco en sus obras,tempranas.
En Set (1974), Xavier Benguerel otorga a la combinatoria estructural funciones expresivas. El músico barcelonés se sitúa allí donde expresionismo e impresionismo pueden entenderse e interrelacionar sus significaciones.
Cano, en su Quinteto hedonista, resumido de forma y muy claro de textura, se incorpora muy a tiempo a la llamada biensonancia, una de las varias tendencias de los posvanguardistas. En fin, Joan Guinjoan, en El Diari, de 1977, sobre un ingenioso texto de Josep María Spiñas, renueva, desde supuestos y por procedimientos distintos, el ensayo de Hindemith Noticias del día.
Las imaginarias y posibles informaciones de El Diari, caricatura de las que cada día leemos en la Prensa, son dichas, cantadas o semicantadas por la soprano, en este caso la siempre genial Esperanza Abad, y subrayadas incisivamente por el conjunto instrumental.
Todas las versiones alcanzaron la calidad propia de lo auténtico. No en vano Joan Guinjoan, Esperanza Abad y los instrumentistas barceloneses son protagonistas de muchos capítulos importantes de la música contemporánea. La asistencia, tan numerosa como en cualquier otro concierto de cámara, aplaudió con mayor entusiasmo las obras de Guinjoan y Cano, en las que los conceptos de hoy se expresan a través de lenguajes musicales mucho más ligados al pasado que los del resto del programa, Stravinski incluido.
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