Suárez, expulsado por los militares uruguayos, regresa esta mañana a España

El ex presidente del Gobierno español Adolfo Suárez, que fue expulsado el pasado miércoles de Uruguay por las autoridades del régimen militar, conversó en la noche de ese mismo día en Buenos Aires con el presidente argentino, Raúl Alfonsín, y cenó posteriormente con el canciller Dante Caputo, quien había ido a recibirle al aeropuerto de Ezeiza. A primera hora de esta mañana tiene prevista su llegada a Madrid.El Gobierno español, que había pedido a las autoridades uruguayas que reconsiderasen su decisión, presentó ayer, a través de su encargado de negocios en Montevideo, una nueva nota de protesta en la que expresaba su "preocupación y disgusto" por la expulsión.

Tras su entrevista con Alfonsín, celebrada en la Casa Rosada, residencia del presidente argentino, Suárez se negó a revelar los temas tratados, "puesto que eso le corresponde al jefe del Estado", y sólo adelantó que habían conversado sobre la situación política de América Latina. Suárez agradeció, además, la recepción oficial que le brindó el Gobierno argentino a pesar de que su viaje era "estrictamente privado", y aseguró que "en toda Europa, y muy particularmente en España, como consecuencia de la visita del presidente Alfonsín, el prestigio de Argentina es impresionante".

Adolfo Suárez no cree que su expulsión de Uruguay pueda afectar a las relaciones de este país con España, y aseguró que el Gobierno de Felipe González "comprende perfectamente la situación por la que atraviesa Uruguay".

Suárez calificó el incidente de que había sido protagonista como "muy penoso", y aclaró que lo juzgaba así "por usar un calificativo suave".

Entre tanto, en Montevideo, la convención del Partido Nacional o blanco parece que va a aceptar finalmente la renuncia de Wilson Ferreira Aldunate a la designación como candidato a presidente Como se recordará, la presencia en Uruguay de Suárez para unirse a la defensa de Ferreira y su participación en la convención blanca fueron los motivos directos de la orden de expulsión.

Los 500 delegados blancos, representantes de las distintas corrientes internas, designarán con toda probabilidad, en una reunión convocada para hoy, a Guillermo García Costa, un hacendado de 52 años, abogado especializado en derecho agrario, que actualmente preside la convención.

García Costa fue diputado entre 1966 y 1973, acompañó a Ferreira en su exilio de Buenos Aires y, en las elecciones internas de 1982, asumió la presidencia de la convención blanca. Sin embargo, existe una fuerte corriente de apoyo al vicepresidente del partido, Carlos Julio Pereyra, y los blancos podrían dividirse en torno a estas dos tendencias.