La 'guerra de las banderas'
El Periódico
( ... ) El alcalde bilbaíno, deseoso de evitar enfrentamiento s, interpreta que la ley no establece que en las fiestas municipales deban ondear la bandera de España, la ikurriña y la municipal, y considera que sólo está estipulado que sí se iza una se coloquen las demás. El gobernador piensa que esta interpretación no es correcta, que para que la ley no sea transgredida es preciso que ondeen las tres enseñas y, en consecuencia, advierte al alcalde que si él no las coloca enviará a la policía al ayuntamiento a restablecer la legalidad. Al no plegarse la primera autoridad municipal a sus razonamientos, acaba cumpliendo con lo que considera su deber.( ... ) Bilbao, debido a la tremenda catástrofe que supusieron las inundaciones de pocos días después, fue en 1983 el escenario de la última batalla de la guerra, mientras que este año es donde se ha producido el primer escarceo sonado. Ello ha sido así porque el Partido Nacionalista Vasco ha sido en 1984 menos rígido en su postura de no poner banderas -el alcalde peneuvista de San Sebastián las izó, el día grande de sus fiestas sin más problemas- y los batasuna no han empleado tantos esfuerzos en poner solitarias ikurriñas.
Es realmente una pena que se haya vuelto a las andadas. Que un símbolo como la bandera de España haya sido de nuevo el centro de una batalla política que nos sitúa otra vez ante la evidencia de que el País Vasco es diferente. Y ante la evidencia de que el problema vasco, que tanto ha desestabilizado la, nueva democracia española, sigue sin ser resuelto. Por ello, aunqueseamos conscientes de que las relaciones de Madrid con Vitoria pasan por horas bajas, hemos de pedir de nuevo el esfuerzo de ambas partes para llegar a un acuerdo definitivo que acabe con la crispación. La democracia lo necesita.
20 de agosto
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