Polémica en la Conferencia de México por la actitud de EE UU de retirar su ayuda a las organizaciones que propugnan el aborto

ENVIADO ESPECIAL, La II Conferencia Internacional de Población, que inaugura hoy en México Miguel de la Madrid, presidente de esa nación, estudiará un proyecto de recomendación que propone el desarme, al exhortar a los Estados a desviar hacia programas económicos y sociales recursos ya destinados a fines militares. Los observadores valoran esta recomendación como un desafío a Estados Unidos, que ha criticado la ejecución del plan aprobado en 1974 en Bucarest, durante la I Conferencia Internacional de Población. Por otra parte, y en línea coincidente con las reticencias manifestadas por Juan Pablo II contra la planificación familiar, EE UU ha amenazado con retirar su importante ayuda económica al Fondo de las Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población (FNUAP) si promueve el aborto o la esterilización obligatoria.

Ante esta amenaza, que de cumplirse privaría al FNUAP de la quinta parte de su presupuesto, los organizadores de la Conferencia de México recuerdan que el Fondo respetó siempre la libre decisión de la pareja, y en todo caso prestó su asesoramiento y asistencia sobre problemas poblacionales a requerimiento y con los medios solicitados por los países afectados. En una reunión con la Prensa, previa a los trabajos de la conferencia, la demógrafa panameña María del Carmen Miró -premio internacional de Población 1984- señaló que "sería desafortunado que esta conferencia mundial girara sólo en torno a la posición de un país, por más poderosos que éste sea".El secretario general de la conferencia, el filipino Rafael M. Salas, y sus principales colaboradores, se han esforzado en los últimos días en que ningún acontecimiento ajeno a la conferencia obstaculice este encuentro internacional entre expertos de más de 150 países y de 300 organizaciones no gubernamentales, cuyo principal objetivo es analizar la experiencia del plan trazado en Bucarest hace ahora 10 años y afrontar el horizonte poblacional del siglo próximo desde una cuádruple perspectiva: familia y fecundidad, migración y urbanismo, influencia de los problemas de población sobre el desarrollo y la calidad de la vida y, por último, salud y mortalidad.

Giro de 180 grados

A pesar de estos esfuerzos, la seria advertencia de la Administración Reagan pesa sobre la conferencia, y, según los expertos, puede influir notablemente sobre algunas delegaciones. No tanto porque Estados Unidos vaya a cumplir su amenaza, que los observadores atribuyen a compromisos electorales de Ronald Reagan con sectores ultraconservadores de su país, sino porque detrás de la referencia al aborto y la esterilización se apunta hacia un giro de 180 grados en el planteamiento demográfico del país más poderoso del planeta.La actitud de Estados Unidos abocaría además al mundo a una situación dificil a medio plazo, porque no parece que Reagan, como tampoco los dirigentes de la Unión Soviética, estén dispuestos a solucionar el problema de subdesarrollo, que la superpoblación propicia, mediante el envío hacia el Tercer Mundo de los ingentes medios económicos que vienen dedicando a la carrera armamentista.

El "derecho a la vida"

Precisamente en esta línea, la conferencia que se inicia hoy tendrá que pronunciarse sobre una de las 85 recomendaciones elaboradas, la número 5, que incluye una exhortación a Gobiernos y organizaciones internacionales a que "asignen máxima prioridad a fomentar mejores relaciones internacionales y a reasignar los recursos que se habían destinado para fines militares a programas económicos y sociales".Jason Finkle, director del Centro de Planificación Demográfica de la universidad de Michigan, advirtió que esta recomendación, que sugiere el desarme, será objeto de controversia, "porque se inscribe", dijo, "en el eje central de la confrontación Este-Oeste".

La influencia que el liderazgo político y económico de Estados Unidos pueda ejercer sobre la conferencia de México se une, por otra parte, con la decisiva presión moral y religiosa de la Iglesia católica. Su máximo representante, Juan Pablo II, ha realizado reiteradas advertencias a los organizadores de" la conferencia sobre la intangibilidad del "derecho a la vida" y la desaprobación de toda política demográfica que de alguna forma lo menoscabe.