La erosión del suelo

Llamamos la atención respecto a la fotografía que apareció encabezando el artículo sobre la integración del sector olivarero en la CEE -lunes 16 de julio de 1984- donde, en primer plano y destacando sobre los olivos que se aprecian al fondo, hay unos regueros y unos surcos rellenos de sedimentos, ambos producidos por la erosión. No se hace mención a este problema ni en el texto del artículo ni en el pie de la fotografía.No sabemos si este olvido, o quizá error en la elección de la foto, es intencionado o no; en cualquier caso, no deja de ser lamentable. No hace mucho, en una entrevista con el doctor Margalef publicada por su periódico (EL PAÍS, 5 de noviembre de 1983), el profesor catalán se quejaba del pobre tratamiento científico dado a los problemas ecológicos. Se decía textualmente: "Los ecologistas arman unos zipizapes enormes por la instalación de centrales nucleares, pero que yo sepa no han hablado ni del aceite de colza ni de la feroz erosión continuada que sufre nuestro país...".

La erosión del suelo afecta particularmente a los olivares por la escasa cobertura y protección que, en contraste con otros cultivos, ofrecen estos árboles al suelo que los sustenta. Así pues, tanto el impacto de las gotas de lluvia como la escorrentía superficial -principales agentes erosivos en los suelos españoles- actúan con escaso freno, llegando a provocar en ciertos casos situaciones alarmantes.

Por los ríos se marchan millones de toneladas de nuestros mejores suelos, viéndose así empobrecido paulatinamente nuestro territorio. Por tanto, si no queremos legar una España mísera a nuestros descendientes, deberemos luchar contra este mal, y un buen comienzo consistiría en conocerlo y valorar su gravedad. Por último, a la vista de la fotografía, creemos que el propietario del olivar no debería preocuparse demasiado por la integración del sector en la CEE, pues quizá antes de que ella se produzca no tendrá suelo sobre el que mantener sus árboles.-

y cuatro firmas más.