Defender al autor
Nos parece importante y muy oportuno el editorial Defensa del autor, de fecha 26 de julio de 1984, y precisamente en el periódico de mayor circulación del Estado, pero al respecto debemos hacer unas puntualízaciones en cuanto a la Sociedad General de Autores de España (SGAE) y a su papel en la defensa de los autores españoles. Entendemos que la expresión "la SGAE llegó a ser un organismo casi perfecto en la administración de los derechos de los autores de teatro y compositores de música" establece unas condiciones de pasado cuando la realidad es que a través de un proceso de modernización y apertura, la SGAE puede ofrecer en la actualidad una gestión dinámica, plenamente integrada en el desarrollo cultural de nuestro país, a través de la cual se pueden integrar los jóvenes rockeros y, en general, todas aquellas manifestaciones de creación artística cuya administración las leyes nos encomiendan, sin que ello afecte a la eficacia de su gestión. En ningún caso la administración ha presentado síntomas de hipertrofia como muy bien ha reconocido la reciente auditoría de la Intervención General del Estado, que ha ratificado la buena salud y la apropiada gestión de la SGAE.La SGAE, en la actualidad, desafortunadamente, no cuenta con una sección de escritores de libros y artículos, por lo cual no puede extender su amparo hacia ese colectivo, que, como su editorial valientemente analiza, "sigue estando desamparado".
Para una mejor comprensión de la SGAE y sus mecanismos, cualquiera se puede remitir al excelente artículo que el dominical de su periódico dedicó a nuestra entidad en fechas recientes.
Queremos dejar constancia de nuestra adhesión al espíritu progresista del editorial, que defiende, entre otras cosas, la protección a los artistas plásticos, hasta ahora total y absolutamente ignorados, y al respecto queremos anunciar que nuestra sociedadya ha iniciado contactos con los colectivos de creadores plásticos para, de alguna forma, ofrecerles nuestra colaboración y asesoramiento si fuese necesario.
Únicamente discrepamos en un punto del editorial, cuando se dice que "es de esperar, no obstante, que algunos aspectos de la ley ( ... ) que rinden pleitesía al concepto mismo de propiedad intelectual en esta materia desaparezcan durante su tramitación". Si ello quiere decir que una ley de Propiedad Intelectual no ha de tender básicamente a la defensa del creador, a nuestro entender no tiene razón de ser. Comprendemos que hay intereses total y absolutamente respetables que viven de la creación y contribuyen a esta creación en muchos casos, pero lo que no es aceptable es confundir una ley que ha de proteger la creación intelectual con una ley que regule la industria de la cultura.- Presidente de la Sociedad. General de Autores de España.
