No ganan para sustos
los agentes de seguridad de las villas olímpicas. Ayer creyeron ver fuego en uno de los apartamentos, al apreciar que por debajo de la puerta salía gran humareda. Era una de las habitaciones de la delegación coreana. Llamaron a la puerta y descubrieron a varios comensales que esperaban el momento de degustar un suculento plato de riquísimas serpientes que todavía estaban hirviendo en la olla.
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