Un atleta de Malí
protagonizó un hecho curioso. Los servicios de seguridad creyeron encontrarse ante el primer caso de defección en los JJ OO. El muchacho de Malí pidió quedarse en Los Ángeles tras las competiciones. Horas después, todos comprendieron que se trataba de un equívoco. El atleta africano no pensaba pedir asilo político, simplemente desea una beca para estudiar en la universidad de UCLA, es decir, unos tres millones de pesetas por curso.
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