El diplomático de Irán expulsado de España acusado por la policía de suministrar armas al grupo desarticulado

Mohamed Jaafar Niknam, diplomático de la, Embajada de Irán en Madrid que saldrá hoy, expulsado, de España, tenía como misión abastecer de armas al grupo terrorista desarticulado por la policía española en Barcelona y Madrid, según informaron ayer fuentes policiales. Las autoridades españolas le dieron a Jaafar Niknam el pasado martes un plazo de tres días para abandonar España, y lo hará hoy mismo. Los cuatro iraníes detenidos en la noche del pasado lunes tenían ultimado un plan para secuestrar un avión de Arabian Saudi Airlines, en el aeropuerto de Madrid-Barajas, en los próximos días y, tras hacer escala en Roma, pretendían llegar a Teherán. En este plan, según las fuentes informantes, iban a participar otros tres iraníes, que aún no habían llegado a España. Los detenidos también pretendían atacar con lanzagranadas otro avión, no identificado, cuando fuera a despegar de Barcelona.

El secuestro del avión en Madrid, según las fuentes policiales, estaba previsto para finales de este mes o principios de agosto. "El método que iban a utilizar era factible", dijo ayer uno de los inspectores encargados del caso, quien precisó que, "si se hubieran hecho con el control del avión, habrían aterrizado en Niza o más probablemente en Roma, antes de viajar a Teherán". El secuestro lo iban a realizar Abu Naser Mohamed Ramani, detenido en Madrid la noche del pasado lunes, y otros tres iraníes que iban a llegar a España en los próximos días.Las armas necesarias para la acción, unas pistolas, iban a ser entregadas al comando de chiitás por el citado diplomático.

Según Europa Press, la entrega de las pistolas tenía que efectuarse en el aeropuerto de Barajas el mismo, día señalado para el secuestro, dentro de la sala de tránsito o de la de embarque. Las armas, añade la agencia, serían pasadas por el diplomático, ya que las,autoridades policiales no suelen revisar el equipaje de los diplomáticos. La policía, sin embargo, desconoce con exactitud el día en que los terroristas tenían previsto realizar el secuestro.

Tras las detenciones de los presuntos terroristas, el Ministerio del Interior comunicó al de Exteriores la implicación del diplomático. Exteriores quiso resolver con discreción la expulsión para no enturbiar las relaciones hispano-iraníes, porlo que la noticia sobre la implicación del diplomático fue ocultada oficialmente a los medios de comunicación, extremo que desagradó a los mandos policiales.

Interrogatorios en Madrid

Con respecto a la acción preparada en El Prat (Barcelona), las fuentes policiales indicaron que desconocen el objetivo concreto de los terroristas. La acción, consistente en el bombardeo de un avión, presumiblemente árabe, en el momento del despegue, la iban a perpetrar al menos los tres iraníes detenidos en Barcelona: Sayed Jabar Hoseini, Shorab Dezfuli y Hassani Hasan. En su poder fueron encontrados lanzagranadas, metralletas, explosivos y munición para las armas. Esta segunda acción no estaba todavía ultimada. De haberse realizado este atentado, las consecuencias habrían sido "muy graves", ya que el avión estaría en ese momento con los tanques del combustible llenos.

Las investigaciones sobre el comando iraní comenzaron en Barcelona hace siete meses. Tras las primeras indagaciones, realizadas por el Grupo Séptimo de la Brigada Regional de Policía Judicial de la Jefatura de Barcelona, se intervinieron teléfonos y se establecieron vigilancias sobre los dos pisos utilizados por los detenidos, situados en la calle de Muntarier, 337, de Barcelona, y en la calle de Bobilés, 75, de I'Hospitalet del Llobregat (Barcelona).

A raíz de las vigilancias, se comprobó que los tres iraníes citados realizaban continuos reconocimientos en el perímetro de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, lo que hizo sospechar sobre un atentado en ellos.

La policía estuvo a punto de detener a los sospechosos hace un mes, cuando los tres iraníes se trasladaron a Madrid. La operación se paralizó por razones que no han trascendido. El pasado lunes, varios miembros del grupo policial, que ya estaban de vacaciones, se reincorporaron a sus puestos para realizar las detenciones, para, como dijeron ellos mismos, "cerrar el trabajo". La policía quiso adelantarse a un posible atentado sin esperar a detener a los otros tres iraníes que iban a llégar a España.

Los tres presuntos terroristas detenidos en Barcelona fueron trasladados el martes a Madrid, a bordo de coches camuflados, y a mediodía de ayer, junto al cuarto iraní, detenido en la capital de España, fueron sometidos al primer interrogatorio en las dependencias de la Brigada de Extranjeros de la Dirección de la Seguridad del Estado. Para participar en los interrogatorios, que se realizan en castellano e inglés, también se traladaron a Madrid inspectores de la ,Ciudad Condal. Según las fuentes policiales informantes, los detenidos no habían aportado hasta última hora de ayer ningún nuevo dato a los que la policía ya conocía por el seguimiento y control a los que han sido sometidos.

A los cuatro iraníes les ha sido aplicada la legislación antiterrorista española, por lo que pueden permanecer incomunicados hasta el próximo día 2 de agosto.

Fuentes oficiales han explicado que se sospecha firmemente de la existencia de un plan a gran escala para realizar una serie de atentados en Europa o América en las próximas semanas. Las autoridades estadounidenses (véase EL PAIS de ayer) se han mostrado especialmente temerosas ante la posibilidad de que, comandos similares a los desarticulados en España se encuentren ya en Los Ángeles, donde el domingo comienzan los Juegos.

Las autoridades de inmigración, norteamericanas sospechan que algunos de esos presuntos terroristas iraníes entraron en su país con visados falsificados por Sandor Alexander Csengery, el apátrida detenido en Barcelona mientras estampillaba unas visas de entrada a aquel país en unos pasaportes iraníes.