Lope de Vega, en la plaza Mayor
Fiesta del siglo de Oro
El teatrillo de la plaza Mayor está rodeado de libros antiguos -algunos de gran belleza, muchos de interés, principalmente dedicados a Madrid-, de unas casetas de adivinos por diversos procedimientos -había cola ante cada uno: tiempo de crisis...-, de un pequeño observatorio astronómico... Y de bocatas y de cubatas. De saltimbanquis y algún monologuista o bululú. Probablemente la descripción de Fiesta del Siglo de Oro es excesiva, pero hay un ambiente tranquilo y más bien reposante.En el tinglado, Antonio Guirau, que lleva muchos años con este tipo de representaciones, ha montado una Discreta enamorada que se inclina un poco más hacia la parte cómica que a la de comedia de enredo. El maligno Lope de Vega, que amó hasta la ancianidad, se burla como estaba bien establecido en su tiempo -su teatro siempre fue conformista- del viejo enamorado de la doncella.
Compañía Teatro Popular de la Villa de Madrid
Intérpretes: Rafaela Aparicio y Alfonso del Real.Plaza Mayor de Madrid, 19 de julio.
La presencia de dos actores francamente cómicos de la talla -artística; la física, ya se sabe...- que dan Rafaela Aparicio y Alfonso del Real lo lleva todo más hacia la risa, y el público que va hacia ella la produce con abundancia.
Unos figurines bonitos, un decorado simple y limpio de corral de comedias y los enredos de galanes y damas se vieron con agrado. La jácara, la loa, un entremesillo de Calderón de la Barca, una mojiganga, unos músicos -Mariana di Fonzo tiene una bonita voz para la canción antigua- completan el espectáculo. Aquí, por lo menos, la noche madrileña no se profana y las cosas son gratas con sencillez.
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