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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Las razones de la huelga general en Galicia

La conformación de la clase obrera gallega viene dada por el tipo de economía e industrialización de nuestro país, esto es, una economía dependiente, desarticulada, que no tiene completos sus ciclos productivos y que se basa fundamentalmente en la extracción de materias primas, alimenticias y minerales, o en la industria derivada de la pesca y la construcción de buques, o en industrias de enclave que no generan riqueza a su alrededor (Alúmina-Aluminio, Celulosas, Citroën, etcétera).Esta estructuración, producto de la situación colonial de Galicia por su debilidad y dependencia ajenas, es la causa de que las repercusiones de la crisis económica capitalista sean mucho más" acentuadas; ahí tenemos el caso de los astilleros, de la pesca, del campo.

Galicia siempre fue suministradora de recursos naturales y de mano de obra barata en la emigración. Los recursos financieros generados en nuestro país y enviados por los emigrantes fueron a parar a las arcas de la oligarquía española, que no los reinvierte en Galicia.

En la situación actual, la amenaza de la entrada del Estado español en la CEE representa una nueva agresión contra toda la nación gallega. Hay experiencias sobradas ya dentro de la CEE sobre el desarrollo económico contradictorio de unas zonas y países respecto de otros. El Mercado Común Europeo es un avance cualitativo para el capitalismo monopolista de las transnacionales y provoca la depauperación de zonas geográficas enteras (ejemplo: sur de Italia, Bretaña, Irlanda). Las perspectivas de integración en la CEE ya provocaron el cierre de numerosas empresas y el desmantelamiento de sectores, pero aún quedan por venir las repercusiones más graves, sobre todo contra el campo gallego, que por su atraso estructural no tiene posibilidades competitivas en los mercados exteriores.

De siempre el pueblo gallego vino denunciando y movilizándose contra la situación de dependencia y sus nefastas consecuencias, tanto en el campo económico como cultural, político y ecológico; la falta de una política autocentrada, que tuviese como guía el desarrollo autóctono, es la causa de que estemos siempre indefensos y de que no se genere una base económica propia, que nos permita avanzar en un desarrollo real para tener los puestos de trabajo en nuestra propia tierra y recuperar a nuestros emigrantes. Esto es, tener poder político real los gallegos en Galicia.

La crisis en Galicia

Así pues, se dan circunstancias específicas de la repercusión de la crisis económica en Galicia. Estamos padeciendo, además, a pesar de nuestro pequeño desarrollo industrial, un ritmo de cierre de empresas -y, por consiguiente, de paro- superior en mucho a la media estatal. Tenemos el segundo lugar del Estado en expedientes de regulación de empleo; un paro del 23% de la población activa -superior también al estatal-; un ritmo de paro desde 1978 a 1983 del 369%, mientras en el Estado es de un 270%; las grandes ciudades gallegas -El Ferrol, Vigo y La Coruña- tienen un 30% de paro registrado, y el nivel de cobertura es de sólo un 22%, es decir, sólo uno de cada cinco parados gallegos tiene seguro de desempleo.

Las perspectivas para el futuro todavía son peores: la integración en la CEE, la reconversión naval y la crisis pesquera todavía no tocaron fondo. Según los planes del Gobierno, Galicia tiene que aguantar con 10.000 despidos en los astilleros, lo cual supone 50.000 empleos más perdidos indirectamente, es decir, una desertización de los núcleos industriales más importantes, como son El Ferrol y Vigo.

En la pesca, pasamos de tener 250 parados en 1976 a 6.514 a principios de 1983, y con la perspectiva de un incremento constante.

Constatamos que todas las políticas españolas, sean en el franquismo, con UCD o PSOE, fueron agresivas con nosotros. La postura del PSOE es continuadora de la de UCD, y sus planes económicos son aún más perniciosos para las clases trabajadoras gallegas. Pensamos que el PSOE es un gestor del capitalismo, y eso es lo que está haciendo.

Pretende hacernos creer que esta política de desmantelamíento industrial es la única posible, cuando no es cierto. Es la única que favorece al capitalismo monopolista, a la concentración capitalista, a las transnacionales, con desastrosas consecuencias para los trabajadores.

Hay otra política por hacer, para la cual está incapacitado el PSOE o cualquier Gobierno central español: es la política de índustrializar Galicia a partir de nuestros propios recursos naturales, sólo posible desde una posición de sector público gallego, de financiación gallega, de dirección gallega.

La Intersindical Nacional dos Traballadores Galegos tiene presentada su alternativa global para este momento en el Plan Galego de Emprego, del cual esbozamos algunas medidas: creación de un organismo dependiente del Gobierno gallego para abordar el problema del empleo, sectores en crisis y reorganización industrial y económica, en el que estén representadas las partes implicadas (Xunta de Galicia, patronal, centrales sindicales). Transferencia del Inem íntegramente a Galicia. Competencias totales para Galicia en materia de expedientes de crisis. Dotación de los fondos necesarios por parte del Estado para hacer frente a las necesidades de empleo. Competencias totales en las empresas públicas gallegas. Creación de un banco gallego de fomento del empleo. Emisión de deuda pública por parte de la Xunta de Galicia. Medidas de control del ahorro gallego...

Mientras se dedica un billón de pesetas a la banca privada (Rumasa, Catalana... ), mientras se destinan grandes fondos para gastos militares (FACA) y policía (plan ZEN), mientras se subvencionan empresas privadas con fondos públicos, mientras el excedente financiero de Endesa, producido en Galicia, se invierte fuera, no hay, por el contrario, una política real, planificada, para que en Galicia se generen puestos de trabajo.

Los responsables

Tanto el Gobierno (PSOE) como la Junta de Galicia (AP) son responsables, son colaboradores directos del desmantelamiento económico de nuestra nación. El Gobierno central, como agente directo, y la Xunta de Galicia, por ineficacia e incompetencia. Galicia no es una nación improductiva; es un país rico, con grandes posibilidades, que sólo precisan ser explotadas racionalmente en función de sus propios habitantes.

La clase obrera gallega viene protagonizando movilizaciones constantes desde septiembre de 1983 frente a la política de desmantelamiento industrial, teniendo como clave el sector naval y los grandes astilleros de las rías de Vigo y El Ferrol -Ascon, Vulcano y Astano-, que ocupan a más de 10.000 trabajadores y que, como consecuencia del real decreto de reconversión del sector naval, ven el cierre de sus empresas y su inminente despido, por lo que están en cabeza de la lucha por la defensa de sus puestos de trabajo.

Si la situación es así en Vigo y El Ferrol, se agudiza en todas las ciudades gallegas, donde trabajadores de diversas empresas protagonizan movilizaciones constantes. Desde huelgas generales en Vigo y El Ferrol hasta la huelga general convocada por INTG el 14 de febrero, a la última huelga general en Orense el día 19 de junio, cuya ciudad apareció ocupada por la policía, junto con la actuación de la misma en Vigo y El Ferrol; ello mue stra la actitud del Gobierno de Felipe González frente a las reivindicaciones de los trabajadores y del conjunto del pueblo gallego.

Por todo lo expuesto es por lo que la INTG viene defendiendo a diario la necesidad de hacer una huelga general en Galicia, para levantarse contra tanta agresión. Convocamos nosotros solos la huelga general del 14 de febrero, que tuvo un éxito político innegable en cuanto que demostró que había condiciones para movilizar, y luchamos por sacarla adelante en todas las ocasiones que se presentaron.

Ahora, la Intersindical Nacional dos Traballadores Galegos y el sindicato Comisiones Obreras de Galicia (UGT de Galicia, convocada en su día, no apoya la huelga general, convirtiéndose en esquirol delante del movimiento obrero gallego) convocamos a la huelga general el día 12 de julio, lo que supone un paso importante que el Gobierno tiene que tener en cuenta: se tiene que ver con toda Galicia enfrentada a su política, y tendrá que modificarla (si se lo permiten) o crear un abismo más entre Galicia y sus clases traba adoras y el Estado español, con consecuencias inmediatas.

Postura positiva

Nos parece positiva la postura de Comisiones Obreras de convocar esta gran jornada de lucha, después de negativas y ambigüedades anteriores; pero tanto por el nivel de lucha de los trabajadores gallegos como por sus propios intereses políticos como central ante la Administración se ve obligada a asumir un salto cualitativo en el enfrentamiento a los planes de reconversión y a toda la política económica del Gobierno español.

Para la INTG, para el sindicalismo nacionalista, después de esta fecha ya memorable para el movimiento obrero gallego -que nos recuerda a Vigo y El Ferrol del año 1972-, los trabajadores gallegos, unidos como clase y como nación, responderán activamente en defensa de sus puestos de trabajo.

Para el sindicalismobacionalista gallego, el Plan Galego de Emprego no debe entrar en el paquete de la llamada concertación (pacto social) a nivel de Estado, sino a través de medidas políticas en Galicia, contando con nuestras organizaciones soberanas en el camino de una Galicia libre y sin explotación.

Xan Carballo Rodríguez es secretario general de la INTG (Intersindical Nacional dos Traballadores Galegos).

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