Felipe González y Mario Soares admiten que la integración de España y Portugal en la CEE plantea problemas bilaterales

La integración de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea plantea problemas de relación bilateral, admitieron ayer los jefes de Gobierno los dos países, Mario Soares y Felipe González, tras el segundo encuentro que mantienen en Madrid en los últimos dos meses. No obstante, Felipe González aseguró que, en contra de algunas informaciones, e independientemente de que exista alguna dificultad concreta en la relación bilateral, el clima político entre ambos vecinos ibéricos es "excelente", y precisó que "cualquier sugerencia en contrario no tiene fundamentó".

González y Soares se reunieron ayer en Madrid después de que el presidente del Gobierno español cancelase a última hora, debido a una falsa amenaza de bomba en Barajas, un viaje que debía haber realizado a Portugal hace 10 días para asistir a un encuentro sobre Desafíos de la democracia en América Latina organizado por el propio Soares.De acuerdo con las declaraciones oficiosas, la premura de las negociaciones de ambos países para la integración en la CEE "hacía imprescindible" este encuentro, para "coordinar las mutuas políticas, cara a la adhesión al mercado Común el 1 de enero de 1986".

CEE, relaciones bilaterales y, finalmente, problemas internacionales, fueron, pues, los temas genéricamente en agenda en una reunión que, como muestra de que no todo es fácil en las relaciones entre los dos países, coincidió casi con el apresamiento de un nuevo pesquero español por una patrullera portuguesa.

Los dos primeros ministros se reunieron con la prensa en el Palacio de la Moncloa cuando apenas había transcurrido una hora de conversación entre ellos, dado que Soares llegó a Madrid con retraso y en medio de extraordinarias medidas de seguridad que, incluso, impidieron que los periodistas se acercasen al aeropuerto, cosa inhabitual cuando llegan a Madrid jefes de Estado o de Gobierno.

El escaso tiempo de conversación transcurrido hizo que la conferencia informativa conjunta de anoche tuviese un limitado interés. González destacó que en esta primera parte de la reunión -que luego se prolongó durante la cena- se habían producido encuentros separados entre los dos jefes de Gobierno, por un lado, y entre los ministros de Exteriores -Fernando Morán y Jaime Gama- y los responsables de las relaciones con la CEE, por otro.

Acuerdo bilateral previo

El presidente español, refiriéndose a la negociación de ambos países para la adhesión a la CEE, dijo que existen dos posibilidades: "Podemos llegar a un acuerdo bilateral entre nosotros, antes de la entrada en la CEE, o podemos insertar estas relaciones en el proceso de integración, con lo que tendríamos que trabajar muy rápidamente en 1985". A continuación, dio a entender que él preferiría la primera opción.

Pero hay que destacar que, hasta ahora, Portugal venía mostrándose contrario a seguir una negociación conjuntada con España frente a la CEE, prefiriendo una negociación separada y paralela, en la creencia de que la adhesión portuguesa tenía mucho menores dificultades que la española.

Sin embargo, a raíz de la cumbre europea en Fontainebleau, quedó de manifiesto que la firma de la adhesión y la ratificación se producirán muy probablemente a mismo tiempo para España y Portugal, aunque este último país concluya antes sus negociaciones con el Mercado Común.

La sensación existente en medios de la Administración española es que ahora sí podría llegarse a algún tipo de esfuerzo común entre los dos países frente a la CEE, por más que se mantengan problemas bilaterales derivados de la futura adhesión como el de la producción vitivinícola, de aceite de oliva, la pesca, o los períodos transitorios industriales y agrícolas.