Dos asociaciones andaluzas emprenden iniciativas contra la marginación de los gitanos
Más del 80% de la población gitana de Sevilla es analfabeta, el 70% se dedica a la venta ambulante, y las probabilidades de vida de esta comunidad se sitúa en torno a los 50 años. Contra estos datos aproximativos y contra la marginación y deterioro de sus raíces culturales pretenden luchar dos asociaciones constituidas recientemente: el Consejo Gitano Andaluz y el Consejo Municipal Gitano de Sevilla. Además, la Junta de Andalucía ha prometido la creación de una secretaría permanente de asuntos gitanos.
Con el nombre de Camelamos Naquerar (Queremos Hablar), cedido por el poeta gitano de Granada José Heredia Maya, se constituyó el Consejo Gitano Andaluz, de ámbito provincial, pero con intención de llegar a ser una federación andaluza. Es el intento más serio de protagonismo de la comunidad gitana, que a diferencia de otras asociaciones creadas en el entorno caló tiene apoyo y empuje institucional. Su presidente, Manuel Vizárraga, creyó que iba en serio tras la entrevista con el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla, quien prometió una secretaria permanente vinculada a la presidencia.El proceso guarda perfecta consonancia con la organización interna de la comunidad gitana, patriarcal y moralmente jerarquizada. Para asegurar la representatividad, dos asociaciones, Villela or Chivé (Viene el Día) y Secretariado Gitano, junto a los cabezas visibles de 17 familias o clanes, constituyeron el Consejo Gitano Andaluz, que ha servido de interlocutor ante distintas instancias institucionales.
Los impulsores de esta asociación cifran la realidad gitana en la marginación. "El racismo existe en España", comentaba un representante, que añade al déficit cultural y educativo la marginación laboral, sanitaria y de vivienda. Muchos gitanos se enfrentan también a la burocracia por su falta de documentación, debido a las dificultades de integración en la sociedad paya.
Rechazo de lo político
Los consejos Gitano Andaluz y Municipal Gitano rechazan expresamente cualquier actividad política y ponen el énfasis en asuntos culturales y asistenciales: promover la conservación e investigación de la cultura y costumbres gitanas, potenciar el conocimiento del romaní como lengua común, relacionarse culturalmente con otras comunidades gitanas.En el campo asistencial, la creación de centros de estudios y formación laboral, reivindicar el acceso de los jóvenes a la educación humana y tecnológica adecuada a los tiempos actuales. En lo social, la integración en la sociedad manteniendo la identidad gitana y cooperar con las autoridades civiles para que cuenten con la realidad de este colectivo.
Como muestra evidente de las carencias de la comunidad gitana, basta citar el hecho del desconocimiento real de cuántos son. Las primeras respuestas del Consejo Gitano Andaluz son la búsqueda de datos para establecer un censo. Tomando como referencia los trabajos que un grupo de estudiantes alemanes realizó en Sevilla hace tres años, y la costumbre de un funcionario del Ministerio de la Vivienda, que señalaba con una cruz cada vez que entregaba un piso a una familia gitana, se ha podido establecer un boceto de estadística al que, debido a lo poco científico de los métodos, se concede un margen de error de aproximadamente un 15%.
En Sevilla viven 140.000 gitanos, de los que 75.000 lo hacen en la capital, principalmente en las barriadas del polígono Sur y Torreblanca. El 5% están integrados y el 10% viven en chabolas.
Son analfabetos más del 80%, leen y escriben por su cuenta un 10%, tienen estudios medios un 2% y superiores el 1%. Respecto a las profesiones, el 70% son vendedores, un 10% chatarreros, un 7% artistas, el 10% otras profesiones. Un 10% de la población gitana carece de documentación y el sueldo mensual medio suele ser de 10.000 pesetas. Otros datos sitúan la edad media en tomo a los 35 años, la mortalidad infantil en un 50% y la probabilidad de vida de los chabolistas en torno a los 50 años.
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