La cancíón amiga de Milton Nascimento
El que llaman ángel negro de Brasil, Milton Nascimento, cantor de Minas Gerais, actúa esta noche en el marco del festival Llegó la salsa. Aunque sus canciones y ritmos no son en rigor salsa, la voz y la presencia de este originalísimo creador y sintetizador de ritmos tiene allí cabida.
Milton Nascimento siempre se adelanta a lo que uno quisiera decir. ¿Cómo hablar de su mundo, sin sus palabras, sin sus acordes? Habría que empezar por Minas: Milton Nascimento es de Minas. Nació en Río de Janeiro, pero su vida transcurre en Minas. Milton es Minas, Minas Gerais.Eso queda en América del Sur, Brasil. Tierras adentro. Es una tierra verde, de montañas verdes. Es tierra buena, silenciosa, de hombres reservados y soñadores. Milton es uno de ellos. Él nació con vocación para cantar. Desde niño lo único que intentaba entender era la música. Escuchaba alrededor con "todos los ojos abiertos", cantando hacia adentro.
La música de Minas viene del balanceo de la carreta de bueyes en el camino de tierra, de las gargantas de los hombres que trabajan esa tierra, de la campana de la ermita que da alguna nueva a los hombres, de la tierra. Y de su memoria de pies indios apisonando rítmicamente el suelo para edificar la aldea; memoria de pies negros que danzan al son de atabales; y memoria del sonido de los instrumentos de los amos blancos. Milton, ávido, creció bebiendo toda esa riqueza. Minas es una tierra que canta.
Y Milton Nascimento empezó a darse cuenta de que había otros como él que escucharon alguna vez la sagrada melodía, y pasaban las horas intentando atraparla, reproducirla. Milton se puso a buscar con ellos y en ellos. Y ellos en él. Todo su placer era sentarse en la esquina contando casos y cantando. La guitarra, el acordeón de Wagner Tiso.
Luego vino el contrabajo, los grupos para cantar en las ferias. En Tres Pontas. Y ya en Belo Horizonte, un día, el amigo Márcio Borges y François Truffaut le ayudaron a descubrir que toda la música que sembrara dentro de sí ya tenía fruto. La cosecha, por pequeña que sea, siempre es jubilosa. Las primeras canciones. Nuevos amigos: Lô Borges, Ronaldo Bastos..., con Fernando Brant hizo Travessia: "Hoy hago con mi brazo mi vivir".
Intentó vivir en Río, en Sao Paulo. Fue hacia el Norte a cantar con nuevos amigos: Wayne Shorter, Airto ... ; pero comprendía que la estabilidad de su bosque interior no podía prescindir del clima de Minas. Volvió a Belo Horizonte, pero adoptó el tren como divisa. Muchos son los sitios donde aprecian su canto. Él, generoso, procura ir a donde desean oírle; y hoy nos ha tocado a nosotros. "Todo artista ha de ir a donde el pueblo está". Acude, y, en silencio, abre los ojos del alma.
es musicólgo especialista en música folklórica brasileña.
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