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CIENCIA

El retraso de la primera misión del 'Discovery' pone en entredicho la utilidad comercial de la nave espacial de EE UU

El retraso por un período todavía indefinido de la primera misión del nuevo transbordador norteamericano, el Discovery, ha provocado especulaciones sobre la viabilidad comercial de todo el programa de este vehículo espacial. Una campaña empezada por la Fuerza Aérea norteamericana con el objeto de obtener fondos para el desarrollo de cohetes convencionales de un solo uso perjudica también la imagen del transbordador, cuyo programa ha cambiado "demasiado", según los militares, sobre lo inicialmente previsto.

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Después de los dos fallidos lanzamientos de la pasada semana, el Discovery está sufriendo una revisión a fondo, que durará al menos hasta mediados de esta misma semana, lo que, según fuentes de la NASA, hará que no se pueda programar el lanzamiento para antes del 16 de julio próximo. Se ha sustituido la válvula de uno de los motores -cuya deficiente apertura provocó la suspensión del lanzamiento el pasado martes, sólo cuatro segundos antes del momento en que no hubiera existido marcha atrás posible y se ha comprobado que el pequeño incendio que se produjo no causó daños. Sin embargo, los técnicos creen que la no apertura de la válvula se debió a un fallo de comunicación con el ordenador que dio la orden, y no a un defectuoso funcionamiento de la válvula en sí.Este año, la agencia espacial norteamericana NASA había previsto llevar a cabo 10 misiones con transbordadores espaciales, lo que doblaría las realizadas hasta ahora en un solo año. Sin embargó, la suspensión del lanzamiento del Discovery hace pensar que sólo se podrán realizar seis de estas misiones.

El principal problema con que se enfrenta la NASA es el trabajo de mantenimiento y preparación del vehículo entre lanzamientos. Este año, con la posibilidad de disponer de dos transbordadores, el Challenger y el Discovery -el Columbia se encuentra fuera de servicio, en período de modificación-, la NASA pensaba recuperar parte del tiempo perdido haciendo que volaran de forma alternativa, con intervalos de un mes. Sin embargo, hasta ahora, el intervalo menor que se ha logrado ha sido de nueve semanas.

La NASA presiona

Aunque la NASA afirma que sus clientes, la mayor parte de los cuales desean poner satélites en órbita, comprenden los problemas del transbordador y tienen paciencia con los retrasos, al menos uno de ellos, la Fuerza Aérea norteamericana, ha iniciado una campaña para dejar de depender exclusivamente del transbordador. Altos cargos de las Fuerzas Aérea han declarado ante el Congreso estadounidense que el transbordador es la causa' de que se corra actualmente un riesgo inaceptable en materia de seguridad nacional, al no poder poner en órbita los satélites militares previstos.Los militares han pedido al Congreso fondos para iniciar el desarrollo de 10 cohetes convencionales de un solo uso y gran potencia, que complementen las misiones del transbordador, y han señalado que cuando se les vendió la idea el programa preveía la construcción de cinco unidades de transbordador, todas ellas intercambiables, con una semana de mantenimiento entre vuelos y un coste por lanzamiento inferior en dos tercios al de un cohete. La realidad, señalan los militares, es que sólo se van a fabricar cuatro unidades, de las que únicamente dos pueden llevar cargas militares, con un período. de mantenimiento, mínimo de 40 días y un coste similar al de un cohete.

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