Después de leer
detenidamente las dos entregas del artículo Razones para permanecer (en la OTAN, of course), no encuentro una sola razón que justifique la permanencia Hay, eso sí, en el dicho artículo, afirmaciones voluntaristas sobre la mayor capacidad de influencia y las "posibilidades de avance nada desdeñables para nuestro país y para una política exterior progresista".Y no se trata de que EE UU sea Satán (como dicen los jomeinistas) y la URSS el paraíso del proletariado (como afirma Ignacio Gallego), sino de que, de acuerdo con el análisis de Savater, el enemigo de los países súbditos de cada bloque no es el bloque opuesto, sino la potencia hegemónica que corresponda: EE UU, en nuestro caso.
Albergar cachivaches nucleares en territorio español (el corolario de nuestra permanencia) no parece el mejor sistema para alejar el riesgo de guerra nuclear en Europa-
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