La huelga de Iberia
Acabo de leer EL PAIS y me he sentido burlado, pisoteado y agredido por el egoísmo ajeno. Esta rabieta que, ¡oh desgracia, no puedo descargarla sobre quienes la originan, parte de la información que se nos da sobre la huelga de los pilotos de Iberia. ¿Cómo es posible que señores que cobran sueldos de 700.000 pesetas se crean con el mínimo derecho a exigir nada? ¿Cómo es posible que estos privilegiados tengan el descaro de ponerse frente a la opinión pública en demanda de mejores salarios? ¿Cómo es posible mostrar tanta prepotencia desde unos empleos sufragados con el sudor de muchos ciudadanos? Y, por último, ¿cómo es posible que semejantes delincuentes de corbata pongan en jaque la economía del país, de este país de todos los españoles honrados? La huelga del SEPLA sólo puede ser entendida desde el egoísmo, desde el corporativismo, desde la insolidaridad más despectiva, desde el desprecio hacia todo un país y sus ciudadanos.
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