Jesse Jackson regresó de Cuba con 48 prisioneros liberados
En un ambiente de euforia y con gran despliegue informativo, el reverendo Jesse Jackson, líder de la minoría negra y aspirante a la nominación presidencial demócrata, llegó el pasado jueves al aeropuerto de Dulles, en las cercanías de Washington DC, acompañado de 22 ciudadanos estadounidenses y 26 cubanos liberados por el presidente Fidel Castro tras las conversaciones mantenidas en La Habana con el líder cubano.
"La Administración Reagan debe reanudar las relaciones con Cuba", dijo Jackson ante sus seguidores y decenas de periodistas, "porque la política de ostracismos no funciona". Jackson recordó que la liberación de los presos políticos había sido sólo una parte de su labor de seis días por Cuba y Centroamérica, donde conversó con miembros de la guerrilla salvadoreña, con el presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte, y con dirigentes de la Junta Sandinista.Jackson se entrevistó luego con Castro, con el resultado de que los presos y ex presos políticos que le acompañaban en Dulles pudieron trasladarse a EE UU.
Con flores y cintas amarillas que recordaban los colores con que fueron recibidos, en enero de 1981, los 52 rehenes estadounidenses secuestrados durante 444 días en Teherán- muchos familiares de los liberados esperaban la llegada de Jackson en el aeropuerto próximo a Washington. Andrés Vargas Gómez, un hombre canoso de 69 años que llegó con el grupo, rompió el clima de euforia cuando se adelantó hasta los micrófonos para denunciar que "ir a Cuba a cooperar en una ofensiva moral de Fidel Castro, más que una ofensiva, es un delito".
Vargas contó al público que había tenido que vivir con su prima, incluida también entre los liberados, durante los dos últimos años en La Habana, porque las autoridades cubanas no le permitían abandonar el país y reunirse con su esposa en Miami, a pesar de que había cumplido 20 años de cárcel.
"Siento mucho tener que decir estas cosas en una oportunidad como ésta", concluyó el nuevo exiliado. Jackson, que escuchó las palabras de Vargas en silencio, volvió a tomar el micrófono y dijo: "Mi punto de vista es distinto, pero estas cosas hacen que América sea América".
Los liberados, que llegaron a última hora de la noche del pasado jueves, hora local, viajaron en un avión fletado por las autoridades cubanas. Los norteamericanos fueron recibidos por agentes del FBI, debido a que varios de ellos estaban reclamados por la justicia estadounidense, por asuntos de tráfico de drogas.
La operación de Jackson en Centroamérica y la enorme publicidad que ha rodeado la liberación, de los 48 presos han colocado a la Casa Blanca en un aprieto, en un momento de campaña electoral norteamericana, cara a la elección presidencial del próximo 6 de noviembre.
"Estoy contento de que hayan regresado a casa", se limitó a comentar el presidente Ronald Reagan, a propósito de la liberación de los prisioneros estadounidenses. Pero Reagan no ha querido recibir a Jesse Jackson, quien tampoco logró entrevistarse con el secretario de Estado, George Shultz.
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