Ecologistas y pacifistas elaboran un mapa con las instalaciones nucleares y militares de la región

El Colectivo de Alternativas de Valladolid, integrado por ecologistas, pacifistas y antimilitaristas, ha realizado un detallado mapa nuclear y militar de Castilla y León en el que se recogen y detallan todas y cada una de las instalaciones nucleares (minas, centrales, lugares de investigación, etcétera) en funcionamiento y previstas, y todas las dependencias militares.

Para Francisco Fernández Buey, catedrático de Sociología de la facultad de Económicas de Valladolid, el mapa demuestra "lo que venimos diciendo desde hace años, es decir, que Castilla y León son las regiones más afectadas por el ciclo nuclear en su conjunto, y lo serán mucho más si se cumplen las previsiones actuales".Si se ponen en funcionamiento la fábrica de combustible nuclear de Juzbado (Salamanca) y el centro de investigación nuclear de Soria -ambos en la fase final de preparación-, todo el ciclo nuclear del uranio se realizaría en terrenos castellano-leoneses, ya que actualmente se extrae uranio de la zona de Ciudad Rodrigo (Salamanca), se concreta en la fábrica de Saelices el Chico (Salamanca) y se utiliza en la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). Además, está autorizada la construcción -aunque actualmente se halla paralizada- de otra central nuclear en Moral de Sayago (Zamora), -y se programó, si bien ahora está desechada la idea, una más en Valencia de Don Juan (León).

Los miembros del Colectivo de Alternativas pusieron de relieve que toda la región castellano-leonesa está considerada como reserva provisional de minería de uranio y que casi todo el territorio está afectado también por el transporte de materiales nucleares. Nicolás Sosa, profesor de sociología de la Universidad de Salamanca, destacó también el hecho de que la Empresa Nacional del Uranio (Enusa) haya adquirido en Juzbado (Salamanca) 450 hectáreas, "si sólo ha utilizado 10 para construir la fábrica de combustible nuclear. Esto nos lleva a pensar", añadió, "que en aquella zona se proyecta también ubicar una factoría de procesamiento de residuos e instalar un cementerio nuclear, para cuya situación suena, asimismo, el nombre del pueblo zamorano de Ricobayo".

Para Nicolás Sosa, el proceso seguido en torno a la fábrica de Juzbado está lleno de puntos oscuros y, "sobre todo, no se menciona para nada el caudal del Tormes, pese a que nosotros hemos demostrado que el Tormes no lleva habitualmente agua suficiente para disolver los residuos que van a ir a parar a él".

También resaltó que José Luis Martín, actual gobernador civil de Salamanca y caracterizado antinuclear en la década de los sesenta, ha dado su voto positivo a la fábrica, "porque, según me dijo, como gobernador civil no podía hacer otra cosa y tenía que votar a favor". Este hecho se produjo en la última reunión de la subcomisión de Saneamiento de Salamanca, en la que seis personas votaron a favor de la puesta en marcha de la fábrica y cinco en contra, y será la Administración central quien decidirá ahora si es suficiente la mayoría simple o si hay que realizar otra votación.

El Colectivo de Alternativas viene funcionando desde hace años, aunque hasta ahora se ha limitado a recoger documentación y a seguir puntualmente los procesos de instalación de centros nucleares o militares en la región. Respecto al tema militar, se dijo que Castilla y León son actualmente las regiones más afectadas por proyectos de expropiación de terrenos para usos militares: 3.350 hectáreas en las cercanías de Valladolid, 3.200 hectáreas en Alba de Tormes (Salamanca), 1.500 hectáreas en los aledaños de Segovia y 61 kilómetros cuadrados en el Teleno (León).