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Estados Unidos estudia sin entusiasmo la oferta de Chernenko de prohibir las armas antisatélites

Larry Speakes, portavoz de la Casa Blanca, dijo el lunes que "la puerta no está cerrada para el inicio inmediato de unas negociaciones orientadas a prohibir las armas antisatélite, pero añadió que la oferta hecha en ese sentido, también el lunes, por el líder soviético, Konstantín Chernenko, "no contiene nada nuevo". No obstante, la Casa Blanca está estudiando la propuesta soviética. El Gobierno de la RFA pidió ayer a EE UU y a la URSS que negocien cuanto antes un acuerdo que impida el desarrollo de estas armas espaciales, según manifestó en Bonn el ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher.

Fuentes académicas consultadas ayer en Londres por Soledad Gallego-Díaz estimaron, por otra parte, que la prueba de interceptación de una cabeza nuclear en el espacio exterior realizada con éxito por EE UU el pasado domingo, podría quebrantar el acuerdo de limitación de armas defensivas -vigente desde los años setenta y respetado hasta ahora por las dos potencias-, así como dar paso a una nueva carrera armamentista especialmente peligrosa para Europa.El rearme con fines estrictamente defensivos, añadieron las mismas fuentes, no tiene otro límite natural que el de la saturación, y resulta, por ello, especialmente gravoso desde el punto de vista económico. Además, la perspectiva de que EE UU quede al abrigo de cualluier respuesta nuclear soviética refuerza la condición de rehén de Europa en el juego de las superpotencias, ya que el Viejo Continente se convertiría en el blanco privilegiado de la URSS, que muy pro bablemente lanzaría sobre él su primer ataque para resolver una eventual situación prebélica, en la que la capacidad de los misiles intercontinentales soviéticos para golpear a EEUU hubiera quedado anulada.

La oferta de negociación de Chernenko, hecha en forma de respuesta escrita a las cuestiones planteadas al líder soviético por la importante cadena norteamericana de periódicos Hearst, fue conocida el lunes, horas antes de que se inaugurara en Viena la reunión del Comité para la Utilización Pacífica del Espacio, de la Organización de las Naciones Unidas, y poco después de que el Pentágono anunciara el éxito de su prueba espacial de interceptación balística.

Varios observadores han estimado que la propuesta de Chernenko pretende, antes que nada, crear un clima de opinión en la reunión de Viena, donde los países del Este denunciarán la "militarización del espacio" por parte de la Administración Reagan.

El subsecretario adjunto para Investigación y Desarrollo de las Fuerzas Armadas norteamericanas, Amoretta Hocher, reconoció en Washington que el éxito de la prueba del domingo constituye "un paso decisivo" en el desarrollo de las armas para la llamada guerra de las galaxias. Han sido precisos tres fracasos previos para que un nuevo misil experimental de EE UU haya alcanzado una ojiva inerte, transportada por un misfi intercontinental de tipo Minuteman, a unos 180 kilómetros de altura y a una velocidad de 24.000 kilómetros por hora.

El Pentágono sostiene que el programa balístico espacial anunciado por el presidente Reagan en 1983, con presupuesto inicial de 26.000 millones de dólares, trata de impedir que la URSS conserve su monopolio actual sobre ese tipo de armas.

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Chernenko se ofreció para llegar a un acuerdo de "prohibición total de las armas antisatélite" y para "el desmantelamiento de las que ya existen". Washington estima que la oferta no es nueva, pues reitera la moratoria unilateral que el ex presidente Andropov ofreció en su día. Otros observadores entienden que sí hay novedades, en la medida en que Chernenko contradice una afirmación anterior de Ronald Reagan en el sentido de que la verificación del pretendido acuerdo sería imposible en la práctica.

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