Guardia civil muerto a patadas por un cliente de un club en San Sebastián de los Reyes

Un guardia civil fue muerto a patadas y golpes dados con una barra de hierro durante la madrugada de ayer por un cliente de un club nocturno en San Sebastián de los Reyes (Madrid), después de una discusión en el establecimiento. La policía ha detenido al propietario del local, Ángel Municio, que supuestamente ayudó al homicida a trasladar el cadáver hasta un camino próximo, donde fue encontrado siete horas después. En la tarde de ayer era detenido Pedro Zambrano, acusado de ser el presunto homicida.Francisco Peñalver Ayuso, de 27 años de edad, guardia civil destinado en la localidad madrileña de Alcobendas, murió a consecuencia de los golpes que recibió en el club Los Jardines. Según la reconstrucción policial de los hechos, a primera hora de la madrugada el guardia civil, vestido de paisano, y el novio de su hermana penetraron en el establecimiento, situado en el kilómetro 23,9 de la carretera de Madrid-Irún.

Al terminar sus consumiciones discutieron con el encargado del local por el precio de las bebidas y el guardia civil llegó a pedir un recibo. En la discusión, Francisco Peñalver tiró con el brazo, de forma involuntaria, una copa de otro cliente, que pasó a intervenir en la disputa. Según parece, el guardia civil ofreció al otro cliente pagarle la copa caída, pero la discusión prosiguió y los implicados en la misma salieron del club.

El encargado del local, de 36 años de edad, y el hermano de la novia del guardia civil se dirigieron hacia un cruce de carretera próximo, con intención de advertir a la pareja de la Guardia Civil que suele parar en ese punto. Poco después, el encargado regresó sólo al club y vio que el guardia civil estaba tirado en el suelo y que el otro cliente, calzado con botas camperas, le daba patadas en la cabeza. El encargado le impidó que continuara golpeando al otro hombre y le dijo que lo había matado.

Entre los dos hombres trasladaron el cuerpo en el automóvil del cliente hasta el camino de La Alberca, a unos 300 metros de la carretera de Irún, donde lo abandonaron. Entretanto, un comunicante anónimo informó por teléfono a la comisaría de Alcobendas del incidente que se estaba desarrollando en el club. Dos inspectores visitaron el local y el encargado, ya de regreso, negó que hubiese sucedido nada. A las ocho de la mañana, otra comunicación notificó a la policía la presencia del cadáver en el camino de la Alberca.