La semana de los informes
A la divulgación del contenido del avance del estudio realizado por el Fondo Monetario Internacional ha seguido, dentro de la misma semana, la presentación del informe de la OCDE sobre la economía española, que no ha merecido esta vez honores ministeriales, al serle encomendada al secretario de Estado de Planificación Económica.Los textos están teniendo dos lecturas. Desde las áreas oficiales se intenta subrayar los puntos de acuerdo de los organismos internacionales con la política económica del Gobierno, mientras que desde los sectores críticos se resaltan las serias advertencias y discrepancias que se Contienen en ellos. Si se intenta un juicio desapasionado, que no es algo fácilmente alcanzable, hay que tomar en consideración el hecho de lue esta vez aparecen muchos más aspectos calificados de discutibles o censurables atie lo atie suele serhabitual en este tipo de análisis. El FMI y la OCDE resaltan hechos positivos, pero enumeran un número bastante mayor de problemas pendientes de resolver.
Dejando a un lado aspectos conocidos, y ya suficientemente comentados, del informe de la OCDE, interesa contemplar lo que constituye una cierta novedad: las previsiones que se establecen para los años 1984 y 1985, de manera especial las que se refieren a este último.
El dato más alarmante es el que se refiere a la tasa de paro. Partiendo de un porcentaje del 19,4% -ya superado- en el año actual, anuncia para el año que viene un 19,9%, con un crecimiento de medio punto sobre 1984. El tercer año completo de Gobierno socialista puede registrar un nuevo aumento, aunque mínimo, del paro y una creación neta de empleo igual a cero. (...)
Son mejores las perspectivas en cuanto a comercio exterior, con crecimientos moderados de las importaciones (el 3,5% en ambos años) y comportamiento expansivo de las exportaciones (aumentos respectivos del 10% y del 7,2%), y lo mismo ocurre con el índice de precios al consumo, estimado en una media anual de crecimiento del 10% en 1984 y para el cual se espera una nueva rebaja superior a dos puntos en el próximo año, hasta situarse en el 7,6%. Y finalmente, refiriéndonos al PIB, se anuncia un aumento del 2% en 1984, y del 2,57. en 1985. (...)
Las autoridades económicas se esfuerzan en sostener que las recomendaciones de los organismos internacionales apoyan su política como la única posible en estas circunstancias. Ya hemos señalado en una ocasión reciente que resulta indeseable cualquier cambioque lleve a una radicalización de actuaciones, pero la situación de estancamiento en que nos encontramos resulta muy preocupante. Y lo peor es que la OCDE señala en sus conclusiones que, a pesar de los resultados ya obtenidos en la corrección de los desequilibrios, "lo más importante del ajuste está por hacer". ¿Hasta dónde llegará nuestra capacidad de resistencia?Madrid, 9 de junio
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