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Reportaje:Un pequeño país que vive del " monocultivo" del comercio

Andorra, o el intento fallido de hacer una revolución un Estado feudal

La ley de tributos fue la espoleta de la reciente crisis de Gobierno

En el verano de 1934, un aristócrata ruso aventurero -llamado Boris Skossyreff se autoproclamó rey de Andorra, con la anuencia del Consell General, que veía al tal Skossyreff como una alternativa mesiánica -y adinerada- a la situación que por aquellos días vivía este pequeño país atenazado geográficamente por España y Francia. Boris I, rey de Andorra, sólo aguantó en el trono nueve días, el tiempo necesario para que el obispo de la Seu d'Urgell -copríncipe de Andorra junto con el presidente francés- lograra su expulsión y posterior entrega a la Guardia Civil. El tal Skossyreff dio con los huesos en la cárcel, pero promulgó una constitución nonata, la única que ha tenido Andorra en su historia, regida por las costumbres y los pareages, principios de derecho nacidos en 1278 y 1288 para poner fin a una querella entre dos señores feudales: el Obispo de Urgell y el conde de Foix."Andorra necesita convertirse en un Estado moderno. Setecientos años de historia de unas instituciones hacen dificil que la gente entienda la necesidad de un cambio. Pero este pais debe vertebrarse a partir de una constitución y de profundizar en la división de los poderes tradicionales". Esta opinión de óscar Ribas, presidente del Gobierno de Andorra hasta hace un mes, cuando dimitió con el resto de su Gabinete, es compartida por las fuerzas vivas locales. Lo que ocurre es que esta declaración de principios, cuando se concreta, empieza a poner los pelos de punta a un sector importante de estas mismas fuerzas vivas. Para que Andorra pueda convertirse en un Estado moderno necesita una transformación en profundidad. En Andorra no hay Constitución, ni separación de poderes. El Gobierno es un caso único en que no mand4 sobre la policía ni puede disponer sobre la política exterior. En el país no están reconocidos los partidos, ni los sindicatos" y ni siquiera existe un subsidio de paro convencional.El precio de la modernidad

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Pero, para alcanzar esta modernidad, necesita además incrementar un presupuesto que el año pasado se elevó a 3.683 millones de pesetas, de los.cuales sólo una tercera parte se dedicó a inversiones, existiendo un déficit que a final de año será de 3.000 millones. óscar Ribas planteó la necesidad de crear una nueva estructura tributaria. Actualmente existen unas tasas que pagan los carburantes y las mercancías, pero lo que pretendía el ex presidente del Gobierno andorrano era que se aprobara la Llei de refosa i creació defonts tilbutáries (Ley de refundición y creación de fondos tributarios), lo cual consiguio por parte del Consell General (poder legislativo).

La ley, que fue inicialmente aprobada a finales del verano pasado, específicaba que el Gobierno pretendía reunir todas las fuentes tributarias de la Administración, las ya existentes -como las tasas indirectas tradicionales y las tasas sobre las importaciones que afectan esencialmente al comercio- así como las de nueva creación que afectaban directamente al registro de la propiedad inmobiliaria y de la actividad mercantil, a la actividad de las empresas y en particular de las instituciones financieras y al sector de hostelería.

Miembros del propio Consell General que aprobaron la ley ante la presión ejercida por el Gobierno planearon una hábil estrategia consistente en presentar recursos de queja a las delegaciones permanentes de los copríncipes para bloquearla. En realidad, los consejeros dieron el sí ante la amenaza de una crisis de Gobierno, y traspasaron el tema a los copríncipes, tras presentar 360 recursos para que anularan la ley. En este estado de cosas, el último día del pasado abril, óscar Ribas presentó la dimisión. El ex presidente fue durísimo en sus ataques a los representantes de las instituciones andorranas: "La reforma no avanza ni puede avanzar porque no hay voluntad de cambio por parte del muy ilustre Consell General ni tampoco de los servicios de los copríncipes, los cuales no han dado soporte a una institución joven y frágil, creada por decreto de los copríncipes el 15 de enero de 1981 y que instituía la separación entre el ejecutivo y el legislativo... El futuro del país reclama un Gobierno parecido al de otros Estados modernos y no un Gobierno de funcionarios como ciertos consejeros generales quisieran que fuera".

Óscar Ribas fue elegido el 4 de enero de 1982, pero su programa de Gobierno asustó a más de uno de los que le votaron. Ribas aprovechó un decreto de los copríncipes, promulgado un año anterior, que separaba funciones del Consell General y del ejecutivo para -iniciar la construcción de un Estado moderno, para hacer de hecho antes que de derecho una revolución burguesa que otros países hicieron uno o dos siglos antes. Hay quien opina que quiso ir demasiado rápido y que fue víctima de sus prisas, obsesionado por el próxiino ingreso de España en la CEE. La adhesión pondrá en una situación dificil a Andorra, cuya economía se basa en el monocultivo del comercio, preferentemente apoyado en el turismo español -hay quien llamó a Andorra en los años setenta el Hong Kong de Cataluña-, y que con la entrada de España en la CEE puede ver cortado este flujo de visitantes. El tabaco, el alcohol, los quesos y los electrodornésticos tienen precios cada vez menos atractivos y la CEE, con lo que supondrá para España de entrada de productos extranjeros a precios más competitivos, puede ser la puntilla.

Todo ello se advertía en un opúsculo titulado Andorra en el context de la CEE, editado por el Crédit Andorrá, y que fue encargaido hace tres años al Centro de Estudios de Planificación de Barcelona, que dirige el parlamentario catalán Josep Maria Bricall. Los autores del estudio señalaron que .la situación más favorable para .Andorra no era entrar en el Mercado Común europeo porque gravaría fuertemente una economía basada en las importaciones de mercancías, sino negociar acuerdos con la CEE que preservaran su autonomía de gestión, fiscal y financiera; aseguraran la libertad de los movimientos comerciales, tanto en la CEE como fuera de ella, acuerdos que no le obligaran a imponer el impuesto sobre el valor añadido (IVA). La obra señalaba la necesidad de un esfuerzo negociador para que esto fuera posible y estudiaba alternativas para diversicar la economía.

Un partido nacionalista

Sin embargo, ello sólo será posible con un Gobierno de competencias clarificadas, con un margen de capacidad negociadora y con un apoyo popular importante. Sin embargo, la realidad actual es compleja: las relaciones entre los copríncipes no son todo lo buenas que sería de desear del sempiterno problema de la radio andorrana, el intento de Francia de convertirse en el interlocutor de Andorra en la CEE, o el protagonismo que quiso tener el Estado francés en la reforma instituciónal, son ejemplos claros de ello y hay un nuevo Gobierno abocado a ser de transición, presidido por un comerciante, Josep Pintat, cuyo mandato finaliza en diciembre de 1985, que se plantea conseguir inversiones extranjeras y emitir deuda pública.

Andorra se está jugando el futuro. Junto con los que piensan que Dios proveerá, hay quienes, como el mencionado Óscar Ribas, están organizando un partido nacionalista -"los partidos no están legalizados, pero nadie actuará contra ellos"- de corte liberal-conservador. En opinión de algunos políticos andorranos, "el problema esencial es que, de los 12.000 andorranos, apenas unos 200 están directamente interesados en la política; la población está acostumbrada a ganar dinero y a no tener mayores quebraderos de cabeza". Y estas mismas fuentes concluyen: 'Tuvimos de estos 10 millones de turistas que vienen cada año atraidos por nuestros precios. El tren de la CEE puede desviarlos, si no conseguimos dar una oferta más diversificada y atractiva".

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