Suspendida por la lluvia la corrida de ayer

La corrida anunciada para ayer en Las Ventas, vigesimocuarta de la Feria de San Isidro, fue suspendida a causa de la lluvia. Curro Romero, Rafael de Paula y Roberto Domínguez iban a torear cinco reses de Montalvo y una de Benjamín Vicente Gallego.El festejo había despertado expectación máxima, estaban vendidas todas las localidades desde hace muchos días y una hora antes de la señalada para su comienzo (siete de la tarde) ni siquiera los revendedores tenían boletos. Estos, apostados en la boca del metro y por los aledaños del coso, voceaban que los compraban "a buen precio", obviamente para revenderlos de nuevo.

Poco antes de las siete empezó a llover con intensidad. Los tendidos aparecían abarrotados de un público que se protegía con paraguas, gabardinas y chubasqueros, y estaba evidentemente desoso de que se celebrara el festejo. Los toreros y la autoridad salieron al ruedo para comprobar su estado, que era bueno, y cuando por los altavoces se anunció que el comienzo se demoraba 30 minutos, hubo protestas en el graderío.

En el portón de cuadrillas quedaron a la espera todos los toreros y el presidente. Rafael de Paula delegó su opinión acerca de la conveniencia o no de torear, en Curro Romero, que era el director de lidia. Roberto Domínguez, que sí quería hacerlo, indicaba, señalando al cielo: "Por allí viene claro". Y Curro respondía: "Sí, pero por allí viene oscuro".

A las siete y medía la lluvia se hizo torrencial y, nuevamente por megafonía, fue comunicada la suspensión. Ésta era definitiva, ante la extrañeza del público, que había dado por supuesto el aplazamiento para mañana. El ruedo, a las ocho de la tarde, continuaba ofreciendo buen aspecto, apenas sin charcos, se despejaron las nubes e incluso salió el sol. Sin embargo, la suspensión no supone quebranto económico para la empresa, pues tiene asegurado el riesgo de lluvia en cinco millones de pesetas por corrida suspendida. Si a esta cantidad se une el precio de los toros, posiblemente obtuvo tanto beneficio como si se hubiera celebrado.

Los toros, que estaban enchiquerados, son de gran peso. Había uno de 627 kilos, de Montalvo, que correspondía a Curro, y otro, de 632 kilos, de Benjamín Vicente, que correspondía a Paula. El promedio de la corrida en báscula era de 566 kilos. Había entre los ejemplares cierta variedad de capas, con predomio del negro. El primero era negro mulato bragao meano, y el sexto, castaño albardado.

Aún queda una corrida de la Feria de San Isidro, que es la de los toros de Victorino Martín, anunciada para el próximo miércoles, día 13.

Se presenta en Madrid un importante calendario de festejos, que empieza el próximo domingo en Las Ventas, con el mano a mano Jaime Malaver-Manuel Cascales, que lidiarán novillos de Peñajara. El miércoles, los vitorinos. El viernes, día 15, la corrida de Beneficencia, cuyo cartel definitivo es: toros de Celestino Cuadri para Antoñete, Julio Robles y Manzanares. Durante unos días pudo formar parte del cartel Luis Francisco Esplá, el cual, a última hora, decidió no torear. Y también se anuncia -ya para el próximo día 30, en San Sebastián de los Reyes- la reaparición de Macareno, que alternará con Gregorio Tébar y Frascuelo, lidiando toros de Campos Peña.