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CONSUMO

El 75% de la carne de vacuno está tratada con estrógenos, según el presidente de la Federación de Empresarios Carniceros

COMTELSA El 75% de la carne de vacuno está tratada con finalizadores, ha asegurado el presidente de la Federación Española de Empresarios Carniceros-Charcuteros, Álvaro Elizondo. Los finalizadores son productos hormonales, sobre todo estrógenos, que se usan de forma ilegal para conseguir mayor peso en la carne, a través de la retención de líquidos. Los carniceros detallistas dicen que la normativa no se cumple, los controles no funcionan y, en consecuencia, exigen responsabilidades. La denuncia del sector señala que estos productos suponen un riesgo para la salud de los consumidores y son causa de un descenso acusado en el consumo de carne.

El presidente de la Federación de Carniceros-Charcuteros afirmó que no se cumple el Real Decreto 378/1984 (BOE de 27 de febrero) sobre regulación del uso de sustancias de acción antitiroidea y de acción hormonal. Si se observara esta norma, indicó, este problema estaría resuelto. "En nuestros comercios", señaló Elizondo, "seguimos recibiendo la carne con una calidad francamente deficiente, debido a, los piensos y a los implantes (cápsulas) que se les hacen a los animales (en cuello, orejas y espalda, generalmente)".Afirmó que este problema existe en toda España, "sin que ello quiera decir que no haya ganaderos responsables que presentan carne de primera calidad, pero, desgraciadamente", declaró, "son los menos".

Añadió que la presencia de finalizadores, que producen un exceso de humedad en la carne, la aprecian no sólo los carniceros, sino el público consumidor, que se encuentra con problemas (líquido y espuma) a la hora de cocinarla y servirla a la mesa. "Por esta falta de calidad", dijo Elizondo, "nuestras ventas disminuyen de manera alarmante". La federación estima que la reducción del consumo, por esa causa y la crisis económica, es del 20%.

Mermas no aceptables

Las mermas suponen para los carniceros detallistas otro perjuicio añadido, que calculan en el 10% del peso total de la carne que pagan en el matadero: un 6% de pérdida desde el matadero al punto de venta, que representa 1.800 pesetas por cada 100 kilos y unas 4.000 pesetas por cada canal, y otro 4% hasta la compra por el público.

"En una res normal", explicó Álvaro Elizondo, "las mermas aceptadas son de entre un 1% y un 2%. En la carnicería, antes del empleo de finalizadores, el momento óptimo para la venta de carne de vacuno al público era pasados 6 u 8 días desde el sacrificio de la res, mientras que ahora a los 3 ó 4 días la carne se ennegrece y hay que eliminar parte de ella para poderla presentar con un aspecto adecuado".

Los carniceros detallistas consideran de la máxima urgencia que el Gobierno de la nación haga cumplir rigurosamente el mencionado real decreto, y en este sentido han dirigido escritos a los ministros de la Presidencia, Sanidad y Consumo, Agricultura, Pesca y Alimentación y de Economía y Hacienda.

"La publicación de ese Real Decreto hace cuatro meses", dijo Elizondo, "no se ha traducido en una mejoría. Le pedirnos a la Administración que, o bien se tomen medidas para su aplicación rigurosa, o se prohiba el uso de productos estrogénicos. Con la actual situación, interpretamos que esa disposición ha legalizado el uso de estrógenos o que la inspección no cumple bien su función, en cuyo caso, exigimos responsabilidades". Este sector entiende que no cumplir esas medidas causa un grave daño a la economía.

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