El presidente también se equivoca
"Y ahora brindemos por el presidente de Irlanda". Y en diciendo estas palabras, sin prestar atención a los azorados semblantes de la concurrencia, el presidente de Estados Unidos levantó la copa y brindó por su anfitrión. El único problema es que quien se sentaba a su vera no era Patrick John Hillery, jefe del Estado irlandés, sino el primer ministro, Garret Fitzgerald. Esta equivocación de Ronald Reagan, involuntario como fueron otros ya históricos, tuvo por escenario la cena de gala en el castillo de Dublín, en la noche del domingo.Pero no todas las incongruencias verbales de Reagan son involuntarias, aunque sí puedan parecer fruto de la ignorancia. Ayer, ante el Pleno del Parlamento irlandés, no tuvo empacho en recordar cuántas veces había agradecido a los italianos que Cristóbal Colón descubriera América. Los 40 millones de norteamericanos de origen irlandés no han cesado de estar presentes en el recuerdo de Reagan desde que el viernes pisara la tierra de sus bisabuelos. Lo más irónico de todo es que Reagan no descubrió su origen transatlántico hasta hace tres años.
"Todos los 17 de marzo celebro el día de san Patricio (patrón de Irlanda) pasando la jornada entera en la sala verde (el color de Irlanda) de la Casa Blanca", recordó ayer tras almorzar con el presidente Hillery, antes de partir hacia Londres. Y como si de un homenaje se tratara, Nancy Reagan apareció ayer en el Parlamento ataviada con un traje de chaqueta verde y tocada con una boina del mismo color. El secretario de Estado, George Shultz -más moreno que de costumbre, tras su reciente visita a El Salvador y Nicaragua-, lucía una corbata y un pañuelo a tono con la subliminal circunstancia.
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